LA GRAMINOLA – NÚMERO 52 – 22 DE NOVIEMBRE DE 2018


Puedes seguirnos también desde FACEBOOK, donde os espero a todos con los brazos abiertos, en el siguiente enlace: LA GRAMINOLA. LA REVISTA MUSICAL QUE SE LEE Y SE ESCUCHA. Desde aquí puedes saborear más contenidos y más música.

Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En «Los Pioneros» rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección «También es Música» le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AHÍ

Siempre decimos que el tiempo pasa muy deprisa, pero es que esa sensación es más que una realidad. Parece que fue ayer cuando iniciábamos esta nueva andadura en “La Graminola” y ya hace un año que tomó el formato de revista que cada semana intenta acercaros buena música de todos los tiempos. Hoy estamos de celebración ya que cumplimos un añito, ya somos unos mocitos.

Cuando inicié este proyecto, hace ya tres años, primero como un blog a la antigua usanza y protagonizando cada artículo un grupo o solista en concreto y desde noviembre de 2017 en el actual formato, cambio que ha tenido bastante aceptación y que ha hecho subir las visitas, aunque afortunadamente muchos todavía os seguís interesando por el formato antiguo, no pensé que pudiera aguantar el ritmo que requiere renovar la publicación cada semana y sin embargo hemos cantado línea y seguimos para bingo.

Desde aquí quiero agradeceros a todos los que seguís “La Graminola” cada semana, extensible a los que lo hacéis de vez en cuando, y os lanzo el reto de que dentro de un año, cuando celebremos nuestro segundo aniversario volvamos a recordar lo rápido que pasa el tiempo. Gracias sinceras de corazón.

 

NUESTRA PORTADA

 

Dos son las entradas que presenta la lista de actualidad de esta semana y cinco sus protagonistas ofreciendo la música que ya sabéis. Entre ellos estos chicos de aquí al lado, Dvicio, otros que se han rendido.

 

 

Hoy ponemos fin al recorrido que hemos venido realizando a través del sello «Tamla-Motown» en la sección de «Los Pioneros». El broche final no podía ser más que de oro con la música de Stevie Wonder, The Commodores y de unos críos que se hicieron gigantes bajo el auspicio de Berry Gordy como fueron The Jackson 5 con un Michael Jackson que ya apuntaba maneras.

 

 

La lista de los 60 nos trae hoy dos auténticos lujos. Por un lado el debut como cantante del señor Julio Iglesias y por otro una de las canciones más míticas de la carrera de los cuatro de Liverpool. The Beatles nos regalan un auténtico lujo titulado Hey Jude, una canción que esconde una curiosa historia detrás y que, por supuesto, os cuento con detalle.

 

 

En los 70 ya se estilaba lo de los duetos y las colaboraciones pero de otra manera a la actual, donde va a parar. Dos grandes voces como Camilo Sesto y Ángela Carrasco son los grandes protagonistas de la lista que repasamos hoy de aquella época y junto a ellos un grupo italiano que a base de romanticismo conquistaron al público español: Matia Bazar.

 

 

Fue grande mientras formó parte de The Go-Go’s pero explotó definitivamente cuando inició su carrera en solitario. La inconfudible voz de Belinda Carlisle protagoniza el póster central de la revista esta semana y nos trae la música que se incluía en ese pedazo de disco que es «Heaven on Earth». Una gran estrella responsable de un sinfín de grandísimos éxitos.

 

 

Lo de las colaboraciones entre artistas no es nuevo, en los 80 ya se hacía, aunque con más mesura y mejores producciones. La lista de los 80 nos trae como única novedad un tema en el que participan juntos Afrika Bambaataa & UB 40, dando como resultado una espectacular canción con un ritmo trepidante que nos hizo bailar a todos sin parar en el año 1988.

 

 

Hasta tres nuevas entradas recoge la lista de los 90 que analizamos hoy. La más destacada la que protagonizan Manic Street Preachers de cuya música hemos podido disfrutar hace un par de días en nuestra página de Facebook gracias a nuestro colaborador Kim.

 

 

La lista del nuevo milenio nos trae en esta ocasión el regreso de un repetitivo tema de hip-hop y el debut de un cantante que está triunfando en la actualidad a base de reggaetón y que es más veterano en estas lides de lo que muchos se piensan. La música que nos trae es muy distinta de la que hace ahora. ¿Quién es ese sorprendente cantante? La solución en la sección correspondente.

 

 

Hasta los monos se llevan las manos a la cabeza al escuchar la música que nos trae hoy la sección de «También es Música». Y es que hay de todo en la viña del Señor. Os garantizo que la vergüenza ajena está garantizada, pero no os la podéis perder.

 

 

La contraportada de hoy es para degustarla una y otra vez. Repleta de gran música, sobre todo con la novedad de la semana de la mano de un genio francés llamado Jean Michel Jarre.

 

 

 

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

Iniciamos la revista como cada semana con la actualidad musial del momento. Nuestra lista graminoleña presenta en esta oportunidad dos nuevas entradas que para variar consisten en las habituales colaboraciones entre artistas de distintas nacionalidades para ofrecernos más de los mismo. Bueno, la primera de ellas podría salvarse ligerísimamente pero de algún modo es una pequeña decepción porque nos encontramos nuevamente con un grupo español que se ha estado moviendo en las aguas del pop de siempre y ya empieza a tirar al monte. Os lo cuento.

Lo que no se puede negar es que los madrileños Dvicio han sido originales en cuanto a la puesta en escena de la promoción de esta canción, demostrando una vez más que las redes sociales son fundamentales en la actualidad para abrirse camino en el panorama musical. En esta oportunidad ha sido Instragram la plataforma elegida para lanzar un reto en primer lugar a los mexicanos Reik y a continuación a los venezolanos Mau y Ricky, consistente en grabar todos juntos una composición creada por los madrileños.

Como era de suponer, el reto ha sido aceptado por todos los “retados” y el resultado es ¿Qué Tienes Tú?, una canción que acerca a Dvicio al abismo que nos acecha a todos cada semana en la lista de actualidad graminoleña. Esperemos que solamente sea un lapsus y que retomen el pop limpio, puro y auténtico que tan buenos resultados les ha dado hasta el momento.

Los mexicanos Reik ya han pasado por nuestra lista con anterioridad y son otro claro ejemplo de esos grupos que terminan cambiando su forma de hacer música para arrojarse a las garras del trap. En cuanto a Mau y Ricky os contaré que son dos hermanos cuyo mayor mérito, de momento, es ser hijos del cantautor Ricardo Montaner. En fin, que este revoltijo no podía dar otros resultados que los que ha dado.

No mejoran demasiado las cosas, más bien todo lo contrario, con la segunda entrada que refleja la lista graminoleña que estrenábamos el pasado 18 de noviembre. Seguimos con sonido trap, reggaetonero, urbano o como lo queráis denominar, con una nueva colaboración, en esta ocasión entre un portorriquense y un canadiense.

Desde Puerto Rico llega Bad Bunny, un prolífico intérprete que ha llegado a tener hasta cuatro canciones al mismo tiempo en nuestra lista, se me ponen los pelos como escarpias sólo de pensarlo, y que vuelve a la carga con el sonido de siempre. A título de inventario os diré que su nombre lo toma de una fotografía que por lo visto a él le encanta de cuando era niño en la que aparece con unas orejas de conejo y una cara de mal humor bastante más que evidente. Sin comentarios.

Su aliado en esta ocasión es el rapero y productor canadiense Drake, un artista que como buen rapero de pro ha tenido bastantes enfrentamientos con sus colegas de profesión, incluso llegando a las manos en alguna ocasión, como sucedería con Chris Brown. Siempre he pensado que todas estas riñas y demás en la mayoría de las ocasiones son poses y montajes para promocionarse más, pero sí que es cierto que siempre han estado vinculadas al mundo del rap.

El resultado de esta colaboración lleva el título de “Mía” y es más de lo mismo, tanto en la letra como en la melodía, así que me váis a disculpar por no extenderme más, simplemente vosotros juzgáis.

Por cierto, aviso a navegantes, se nos viene encima un ciclón, se nos viene encima el huracán Rosalía. Advertidos quedáis.

 

LOS PIONEROS

Durante las últimas semanas hemos estado rindiendo un merecido tributo al sello “Tamla-Motown”, en su calidad de promotor de artistas que se convirtieron en auténticos pioneros en el mundo de la música. Hoy llega el momento de finalizar este homenaje con tres de los artistas más grandes y significativos que dieron sus primeros pasos bajo su abrazo y que nos regalaron momentos inolvidables. El cierre es simplemente espectacular y ya os anuncio que los tres protagonistas son grandes entre los grandes. Vayamos con ellos.

 

STEVIE WONDER / YOU ARE THE SUNSHINE OF MY LIFE

Hablar de la “Motown” es hablar de un artista descomunal y precoz que nunca lo ha tenido fácil y que se ha convertido en todo un ejemplo para cualquier músico que se precie en lo que a superación se refiere. Me estoy refiriendo al grandísimo Stevie Wonder.

De todos es conocida la ceguera que siempre ha padecido el bueno de Stevie y muchas son las versiones, algunas verdaderamente fantasiosas, sobre el motivo. Todo obedece a que nació de manera prematura y sus retinas no se desarrollaron convenientemente, por lo que prácticamente nació ciego, algo que no fue impedimento para que fuera capaz de desarrollar todo su talento tanto en tareas de composición como a la hora de tocar distintos instrumentos, siendo un auténtico virtuoso de la armónica y del piano.

Por si fuera poco, en el año 1973 sufrió un accidente de tráfico que estuvo cerca de costarle la vida. Permaneció durante varios días en coma pero, afortunadamente, se recuperaría totalmente sin ningún tipo de secuelas, permaneciendo intacto su talento innato, algo que no pasó desapercibido para Gordy que siempre confió en su potencial a pesar de sus condicionantes.

Para corroborar que no había sufrido ningún tipo de merma en cuanto a su talento se refiere, tras recuperarse del accidente grabaría una canción que ha pasado a la historia como uno de sus grandes clásicos y una de las mejores baladas del sello “Motown”. Un tema en el que contaría con la colaboración de los cantantes Jim Gilstrap y Lani Groves y que te engancha desde su primera escucha. Me estoy refiriendo a “You Are the Sunshine of my Life”.

El talento de Stevie Wonder siempre ha sido descomunal y de hecho fue un niño prodigio capaz de componer canciones espectaculares cuando contaba solamente 13 años de edad y grabar su primer disco con 15. Como tantos otros, terminaría abandonando el sello con el paso del tiempo pero de lo que no cabe ninguna duda es de que entender lo que fue la “Motown” sin él es tarea imposible.

 

THE JACKSON 5 / I WANT YOU BACK

Vamos a continuación con otro de los grandes estandartes del sello Motown, con un grupo formado por cinco hermanos que revolucionaron de algún modo el mundo de la música de aquella época y que llamaron poderosamente la atención por su juventud y, sobre todo, por el saber hacer del más pequeño de ellos que contaba con tan sólo cinco años de edad cuando pasó a formar parte de la banda. Estoy hablando de los inigualables The Jackson 5.

El responsable de la formación del grupo fue el padre de las criaturas, Joseph Jackson, que en un primer momento incluía solamente a los tres hermanos mayores, Jackie, tito y Jermaine, para posteriormente incorporar a los dos más pequeños Marlon y Michael. Desde el primer momento pudo comprobarse que este último iba a convertirse en el gran atractivo del grupo y en su auténtico líder a pesar de su poquísima edad.

En el año 1968 Berry Gordy les ficharía para su sello discográfico dándose cuenta de inmediato del diamante en bruto que tenía ante sí, aunque lo cierto es que la principal responsable de su fichaje sería Diana Ross, su auténtica descubridora. Todo obedecía a una estrategia empresarial bastante elaborada. Desde hacía tiempo Gordy y Ross estaban detrás de que ésta iniciase su carrera en solitario, pero no encontraban el momento dado que The Supremes eran en aquel momento el auténtico buque insignia de la discográfica. Con la llegada de The Jackson 5 la jugada sería maestra: Diana podría iniciar su carrera como solista y los cinco hermanos se convertirían eN la nueva imagen de Gordy.

Lo suyo sería llegar y besar el santo ya que con el primer sencillo que publicarían bajo el sello de Gordy lograrían el primer número uno de su carrera. Lo conseguirían con “I Want You Back”, que no era más que el principio de lo que estaba por venir.

Su éxito creció tanto y su talento era tan grande que querían escribir sus propias canciones, algo que como ya os he contado en muchas ocasiones no le agradaba demasiado a Gordy. Él era el que decidía quien componía y que canciones cantaba cada uno de los artistas que tenían contrato con su sello, por lo que su distanciamiento fue creciendo con el paso de los años. Además, el hecho de ser tan jóvenes, prácticamente unos niños, hacía que el dinero que recibían no fuera acorde con las ganancias que le proporcionaban a la Motown, por lo que era cuestión de tiempo que la situación se hiciera insostenible.

El divorcio definitivo llegaría en el año 1985, a pesar de una maniobra muy trabajada de Gordy. El grupo decidió abandonar el sello y para evitarlo el dueño de la «Motown» logró que Jermaine contrajera matrimonio con su hermana. Sin embargo, los otros cuatro miembros de la banda decidieron seguir adelante y abandonaron a Gordy quedándose Jermaine por el camino siendo sustituido por otro de los hermanos Jackson, Randy. Sin embargo, por temas legales no podrían seguir utilizando su nombre de batalla y desde ese instante perderían el “5” pasando a denominarse simplemente The Jackson. Continuarían juntos algún tiempo cosechando grandes éxitos hasta el momento en el que Michael inició su carrera en solitario, pero ésa es otra historia.

 

THE COMMODORES / EASY

Llega el momento de poner punto final a esta serie de artículos dedicado a los pioneros que desfilaron por el sello “Tamla-Motown” y como no podía ser de otra manera vamos a hacerlo a lo grande, con otro de los maravillosos grupos vinculados a Gordy que nos dejaron momentos memorables. Si Stevie Wonder y The Jackson 5 han dejado el pabellón bien alto, la banda que viene a continuación no les va a la zaga.

El grupo en cuestión no es otro que The Commodores, con un líder indiscutible en sus filas como fue Lionel Richie, hasta el punto de que su éxito duraría hasta que éste abandonó el grupo para iniciar su carrera en solitario, con la excepción de la publicación del tema “Nightshift”, único éxito logrado tras su marcha además del más elogiado y laureado, cosas de la música.

La banda se formaría cuando sus miembros se conocieron en la Universidad. Procedían de dos grupos distintos denominados The Mystics y The Jays y para decidir el nombre que llevaría el grupo resultante decidieron abrir una página del diccionario al azar y adoptar el de la primera palabra que en ellas se leyera. Tuvieron suerte y el nombre definitivo sería el ya conocido de The Commodores.

Una vez que Gordy comprobó su pontencial no dudaría en ficharles para la causa y si bien su manera de entender la música se movía en el terreno del funk y la música para bailar, serían las baladas las que les proporcionarían sus mejores momentos. Entre ellas destaca como la más representativa de su carrera “Easy”, compuesta por Richie que demostraría bien a las claras cual era su talento.

Durante las últimas semanas hemos podido disfrutar de muy buena música en la sección de “Los Pioneros” gracias al gran olfato y al talento de Berry Gordy, fundador de la “Tamla-Motown”. Decir que sin él y sin los músicos que fueron surgiendo bajo su amparo la música no sería lo mismo puede parecer demasiado exagerado, pero lo cierto es que sin él y sin sus músicos la cosa no hubiera sido igual.

Todos los que han ido pasando por aquí en las últimas semanas tienen la etiqueta de grandísimos pioneros y a buen seguro que habréis echado de menos a algunos otros, pero no sé porque me da a mí que no será la última ocasión en la que algun artista vinculado a la “Motown” protagonice esta sección  en el futuro.  Así que no hace falta  más que tener paciencia …

 

LISTA DE LOS AÑOS 60

Iniciamos el repaso a las listas graminoleñas de otros tiempos y ya os aviso que esta semana vienen cargadas de música excepcional. Empezamos por todo lo alto con las dos canciones que entraban a formar parte de nuestra gran familia el 18 de noviembre de 1968, dos temas espectaculares que son historia dentro de la música, una a nivel internacional y la otra a nivel patrio. Empezamos por la primera de ellas, una auténtica cinco estrellas.

El hecho de que esta canción sea obra de The Beatles es sinónimo de éxito, pero es que además nos encontramos ante una de las composiciones consideradas como de las mejores de su carrera y una auténtica obra maestra del mundo de la música. Una canción con una duración de más de siete minutos y una letra que esconde una historia que no salió a la luz pública hasta unos cuantos años después cuando Paul McCartney, su autor, descubrió a todos cual era su origen.

En aquella época, John Lennon acababa de separarse de su mujer Cynthia al haber iniciado su relación sentimental con Yoko Ono, situación que había sumido en un auténtico trauma al hijo de ambos, Julian. McCartney sentía mucho cariño hacia el pequeño y se le ocurrió componerle una canción con la que intentaba animarle. En un primer instante su composición iba a llevar el título de “Hey Jules”, pero finalmente sería transformado al ya conocido “Hey Jude”, algo que provocaría que nadie se diera cuenta de hacia quien estaba realmente dirigida la canción.

Nos encontramos ante una auténtica genialidad, una más, obra del talento de McCartney. Una letra sensible y espectacular acompañada de una melodía que comienza como una balada en la que el acompañamiento de piano lo llena todo para dar final a una especie de estribillo más optimista y rítmico con el famoso “na na na na … Hey Jude” que se hizo tan popular. Una canción que nos acompañaría durante 45 semanas y que como no podía ser de otra manera llegaría a alcanzar el puesto número 1.

Os dejo una espectacular versión grabada en directo con acompañamiento orquestal en la que al principio desvarian un poco.

Durante la grabación de esta canción se produjo una situación inesperada que encajaría a la perfección. Ringo necesitaría ir al baño mientras estaban en el estudio y sin que ninguno de sus compañeros se diera cuenta saldría un momento de la sala. Paul se daría cuenta de la ausencia cuando un minuto después le vio entrar de puntillas, pasar por su espalda y reincorporarse a su puesto, justo en el momento en el que comenzó a aporrear su batería con un ritmo acompasado y que encajó a la perfección en el resultado final. No se grabaría ninguna nueva toma, quedando la canción para ser publicada tal cual.

La segunda entrada que se producía aquel 18 de noviembre de 1968 no era una novedad absoluta ya que se trata de una versión de otra canción que ya había entrado en nuestra lista unas semanas antes. Eso sí, en esta ocasión nos llegaba de la mano de uno de nuestros artistas más reconocidos con el paso del tiempo a nivel internacional, que debutaba en aquel momento y que había llegado al mundo de la música de la manera más inesperada.

Corría el año 1962 y Julio era un joven de 20 años que jugaba en las categorías inferiores del Real Madrid de fútbol como portero y había llegado incluso a debutar con el primer equipo. Su futuro era muy prometedor pero todo iba a saltar por los aires cuando tras celebrar su cumpleaños con unos amigos sufriría un tremendo accidente de tráfico que le dejaría postrado en la cama con un diagnóstico bastante desesperanzador: no volvería a caminar.

Sin embargo él no se rendiría y emprendería un larguísimo y sufrido viaje a lomos de la recuperación a base de rehabilitación, logrando volver a ponerse en pie y poder realizar una vida normal, eso sí, alejada del deporte. Durante tantos y tantos meses de hospitales y rehabilitaciones mataría el tiempo tocando una guitarra que uno de los enfermeros que le trató le regaló, lo que haría que poco a poco se fuera sumergiendo en los brazos de la música, dándose cuenta de que ese iba a ser su futuro. Por cierto, que no os he aclarado que estoy hablando del mismísimo Julio Iglesias.

Su gran oportunidad le llegaría en el año 1968 con su participación en el “Festival de la Canción de Benidorm”. Como ya os conté hace unas semanas, cada canción tenía que ser interpretada por dos artistas distintos y el compartiría el honor con el grupo Los Gritos. La canción que defendieron fue “La Vida Sigue Igual”, con la que resultaron ganadores, iniciando de esta manera una carrera artística que pasó de prometedora a triunfal en muy poco tiempo.

Esta canción se incluiría como principal reclamo de su álbum de debut “Yo Canto” y permanecería en nuestra lista durante 6 semanas para alcanzar el top 33, unos números por debajo de los logrados en la misma por la versión de Los Gritos, aunque su repercusión real en cuanto a éxito y popularidad serían muy superiores a la obtenida por el grupo, hasta el extremo de que rodaría una película al respecto del mismo título.

 

LISTA DE LOS AÑOS 70

Nos situamos a continuación en la década de los 70 para degustar las dos nuevas entradas que registraba la lista graminoleña que se estrenaba el 18 de noviembre de 1978, ambas con un marcado protagonismo femenino, aunque con un acompañamiento de lujo. Dos canciones llenas de romanticismo.

Para empezar vamos con una joven dominicana que lograría un grandísimo éxito gracias a la colaboración en tareas de producción y composición del que por aquel entonces era el artista español más grande del momento. Se trata de Ángela Carrasco, quien hacía unos años que se había instalado en nuestro país buscando abrirse camino en el mundo de la música y el espectáculo.

Sus primeros pasos los daría en el mundo de la televisión en el programa de TVE “Señoras y Señores” primero como azafata y posteriormente como presentadora. En el año 1978 Camilo Sesto estaba buscando cantantes para la obra teatral “Jesucristo Superstar” que él mismo iba a producir y protagonizar y se fijó de inmediato en Ángela para el papel de María Magdalena. A partir de ese momento surgiría entre ellos una profunda amistad que daría paso a una exitosa carrera musical de la dominicana bajo el auspicio siempre de su gran amigo Camilo.

Como carta de presentación en sociedad de Ángela llegaría el tema “Callados”, interpretado a dúo junto a Camilo Sesto, que no sería más que el inicio de una carrera jalonada de éxitos tanto en nuestro país, donde adquirió una gran popularidad y se ganó el cariño del público, como en Hispanoamérica, permaneciendo en nuestra lista durante 40 semanas para alcanzar el top 5.

La segunda entrada que se producía en la lista aquel día nos llegaba desde Italia de la mano de un grupo que se hizo muy popular en nuestro país durante aquel año pero que tras lograr un grandísimo éxito con dos de sus canciones, una de ellas la que a continuación nos ocupa, pasaría al olvido po estos lares circunscribiéndose su éxito a partir de ese instante a su Italia natal.

Estoy hablando de Matia Bazar, que a pesar de estar formado por cinco miembros, los cuatro componentes masculinos siempre se vieron eclipsados por la personalidad, el carisma y el protagonismo de la vocalista femenina, Antonella Ruggiero. Ciertamente el grupo sin ella no sería lo mismo y la mayor parte del éxito que cosecharon aquel año llegaría gracias a su manera de interpretar.

Lo habitual es que las canciones fueran interpretadas a dúo por la propia Antonella y el fundador del grupo Carlo Marrale, pero lo cierto es que cuando ella era la que llevaba el mando la diferencia se notaba considerablemente. Sus inflexiones de voz y el tremendo tono agudo que era capaz de alcanzar la convertían en una de las mejores voces de la música italiana de aquel momento.

En esta ocasión nos ofrecían una canción con un aire más desenfadado de lo habitual titulada “Míster Mandarino”, en la que la buena de Antonella pronunciaba las “r” como “l” como si de un chino mandarín se tratara y en la que da muestras evidentes de su excepcional voz. En nuestra lista permanecerían durante 20 semanas para alcanzar el top 22.

En España su carrera no tendría mayor trascendencia a partir de ese instante, aunque en Italia si que seguirían publicando discos con cierta repercusión, aunque las continuas entradas y salidas de los miembros del grupo irían mermando cada vez más su popularidad, la cual saltaría por los aires en el año 1989 con la salida del grupo de Antonella Ruggiero. Aunque seguirían adelante con otra vocalista, su éxito iría decreciendo paulatinamente.

 

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

Hace unos días, leí un artículo de no se que página web que hablaba de los denominados “one hit wonder, es decir, de esos artistas que tienen un gran éxito al inciar su carrera musical y que después no se vuelven a comer una rosca. Circulan por la red muchos artículos de este tipo y algunos de ellos muestran una osadía y un desconocimiento monumentales de lo que ha sido la trayectoria de algunos artistas.

Entre las artistas a las que se ponía ese equivocado calificativo se encuentra la protagonista del póster central de la revista de esta semana, una excepcional cantante que a mí particularmente me encanta y que ha logrado grandísimos éxitos a lo largo de su carrera, tanto en sus comienzos con un grupo innovador y vanguardista, como cuando allá por el año 1986 inició su carrera en solitario. Por este motivo no he dudado en intentar enseñar a quien escribió ese artículo y a quien haya podido creérselo lo que en realidad ha sido y seguirá siendo Belinda Carlisle.

La mejor demostración de que Belinda fue grande es el segundo trabajo que publicaría en solitario, un disco que saldría al mercado en el año 1987 bajo el título de “Heaven on Earth” del que se llegaron a extraer hasta seis sencillos, algo que demuestra bien a las claras que de un solo éxito nada de nada. Por cierto, cualquier comentario que haga al respecto sobre el tema en lo sucesivo vendrá acompañado de la mayor acritud posible.

 

BELINDA CARLISLE / HEAVEN ON EARTH

Belinda había publicado apenas un año antes su álbum de debut en solitario de título “Belinda” con el que ya había dado muestras de su poderío haciendo música con muchos guiños a la década de los 60 y ciertos tintes de la “Tamla-Motown”. Sin embargo, supo darse cuenta de que para triunfar en los 80 tenía que sumergirse en un sonido más acorde con los tiempos que corrían, por lo que el pop en estado puro serían las aguas en las que se movería este espectacular álbum.

El álbum se abre a lo grande con una de las canciones más representativas y exitosas de su carrera (según el iluminado del artículo que os comentaba el único que logró, manda … ya sabéis), en la que muestra todas las señas de identidad de cual iba a ser el estilo en el que iba a moverse a partir de ese instante.

Se trata de “Heaven is a Place on Earth”, uno de los mayores éxitos de su trayectoria y un auténtico clásico de los 80, en el que la voz rasgada de Belinda encaja a la perfección con el coro femenino que habitualmente utilizaba para sus composiciones. Una auténtica joya que no sería más que el inicio de un collar con muchas otras perlas enganchadas a él. He dicho.

Éste sería el primer número uno de su carrera en las listas de éxitos de los Estados Unidos, pero además serviría para darse a conocer debidamente en el Reino Unido y de ahí daría el salto al resto de Europa, mercado que también conquistaría de manera inmediata.

Este primer éxito no sería más que el principio, porque con la segunda canción que aparece en álbum iba a repetir. Se trata de un espectacular tema que en un primer momento iba a tener una estructura un poco distinta pero que con la introducción de los correspondientes arreglos se transformaría en una auténtica joya.

En un primer momento fue concebida como una balada en la que el sonido del bajo llevaba el ritmo con acompañamiento de teclado y sin la presencia de guitarras. Tras recluirse en el estudio de grabación, Thomas Dolby, quien nunca ha acostumbrado a colaborar con “one hit wonders” (leer esto con tono irónico), además de encargarse de modificar un tanto los teclados encargándose él mismo de tocarlos, introduciría el acompañamiento de guitarra que dotaría a esta canción de una mayor calidad.

Se trata de “Circle in the Sand”, otra extraordinaria canción que se convirtió en éxito de manera inmediata y en una de las canciones prefereidas del público. Tanto de este tema como del que abre el disco se tiraría la casa por la ventana en cuanto a realización de los correspondientes videoclips ya que las tareas de dirección recaerían en Diane Keaton, que se volcó con el proyecto dándose cuenta del potencial que realmente tenía Belinda.

Belinda no era nueva en estas lides ya que antes de iniciar su carrera como solista había formado parte de dos bandas formadas totalmente por mujeres, una de ellas de vital trascendencia en la historia de la música pop-rock de finales de los 70 y principios de los 80 por su manera de manejarse. Me explico más detalladamente para que nadie piense que ese grupo también fue un “one hit wonder”.

Cuando era una adolescente entró a formar parte de un grupo denominado The Gems, pero justo en el momento en el que iban a subirse a un escenario por primera vez contraería una mononucleosis que le impediría ser de la partida, siendo sustituida de inmediato y expulsada del grupo. Mejor suerte correría con su siguiente banda, formada en el año 1978, con la que realizaría una carrera de siete años cosechando un buen número de grandes éxitos.

Este segundo grupo es The Go-Go’s que se convirtió en la primera banda de la historia de la música formada íntegramente por mujeres que tocaban sus propios instrumentos y que componían sus propias canciones, algo nunca visto hasta ese instante. Un grupo de chicas, atractivas, jóvenes y con ganas de comerse el mundo que cometerían un sinfín de excesos que terminarían por hacerlo saltar todo por los aires en el año 1985, momento en el cual Belinda iniciaría su andadura en solitario.

Con esta nueva etapa intentaría romper con su pasado en el grupo y su estilo sería bastante diferente. Con sus compañeras de fatiga se había movido principalmente en el terreno de la new wave y ahora había dado un giro hacia el pop de los 80, cambio que resultaría ser todo un acierto.

Ello no quita que algunas de las canciones que se incluyen en el álbum que estamos analizando sigan teniendo ese sonido más cercano al que realizó en The Go-Go’s, como sucede con “I Feel Free”, uno de los temas más especiales del disco.

Lo cierto es que la vida de Belinda estuvo marcada por ciertos desarraigos familiares que la llevarían a vivir situaciones bastante delicadas, como os comentaré en breve. De hecho es sorprendente que con la mala vida que llevó desde que apenas era una niña y durante treinta años no le haya pasado factura tanto en lo personal como en lo artístico.

En aquella época era bastante habitual pensar que los excesos con las drogas y el alcohol estaban protagonizados prácticamente en exclusiva por los artistas vinculados al rock, mientras que la imagen que daban los encaminados al pop era bastante mejor. De igual manera constaba mucho pensar que una mujer cayese en esas garras más que un hombre. Está claro que la realidad era muy distinta, pero aunque no fuera así, Belinda sería una especie de caso excepcional en este sentido.

De hecho, la propia Belinda llegó a afirmar en su día, una vez abrazado el budismo y recuperada de sus adicciones, que ella misma se extrañaba de que no hubiese matado a alguien con el coche o que permaneciera con vida después de las auténticas barrabasadas que había realizado como resultado del consumo de drogas y alcohol. Sorprende todavía más que en esas circunstancias su talento aflorara como lo hacía cada vez que se metía en el estudio de grabación.

Ahí es donde sacaba al exterior todo lo que estaba dentro y era capaz de cautivar con su peculiar voz, muy similar en cuanto a tono a la de otra de mis artistas favoritas como es Stevie Nicks, con un acompañamiento coral bastante reconocible y una música en la que de vez en cuando introducía el mágico sonido de la guitarra acústica, como sucede con “Should I Let You In?», otra grandísima canción.

De alguna forma, Belinda quiso romper con su anterior etapa de manera total. Para ello su imagen cambiaría también claramente. Atrás quedaría su melena rubia para dar paso a un tono pelirrojo que contrastaba a la perfección con esos impresionantes ojos color esmeralda. Además su manera de vestir también quedaría modificada, dando una imagen de “niña bien y modosita” que se alejaba mucho de la realidad, ya que lo que no cambiaría sería el tema de sus adicciones y excesos.

Donde mejor se apreciaría su evolución, claro está, sería en el aspecto meramente musical y a partir de este momento comenzó a moverse a la perfección en el terreno de las baladas, ofreciendo grandes momentos en este sentido gracias a esa inconfundible y por momentos áspera voz con la que siempre ha interpretado sus temas.

El álbum está repleto de momentos románticos con ritmo de balada o medio tiempo, siendo la primera incursión que hace en este terreno una espectacular canción titulada “World Without You”, acompañada como siempre por un coro femenino con unos tonos agudos que contrastan con su manera de cantar, dando como resultado una interpretación muy especial que no está al alcance de ningun “one hit wonder” (sígase leyendo con acritud e ironía).

A continuación llega uno de los momentos más espectaculares del disco, con una canción que a mí particularmente me encanta y que creo que es una de las mejores de todas su carrera. Su sensibilidad, su sonido y su manera de interpretarla me cautivaron desde la primera escucha.

Antes os comentaba que su voz y su manera de cantar es bastante similar a la de esa gran diva de la música que es  Stevie Nicks, con la que comparte además comportamientos excesivos y manera de entender la vida. De hecho la canción a la que me estoy refiriendo ahora mismo iba inicialmente dirigida a Stevie, pero en el último instante caería en manos de Belinda que la convertiría en otro grandísimo momento.

Se trata de “I Get Weak”, una monumental balada interpretada por Belinda como nunca en la que muestra todos los tonos que es capaz de alcanzar y con un acompañamiento intenso y potente de guitarra que la transforman en una melodía excepcional. Creo que se nota que me gusta muchísimo y simplemente añadiré que a estas alturas de la película tendríamos que hablar de Belinda como una “to much hit wonder”.

Como os comentaba al principio, la vida de Belinda estuvo marcada siempre por vivir en el filo. Y es que sus antecedentes familiares no eran demasiado normales. Su padre se marcho de casa cuando ella contaba con tan sólo cinco años de edad y su madre se volvería casar con un hombre que era alcohólico y la maltrataba, algo que la sumió en una profunda depresión. La vida en el hogar era bastante caótica y cuando era simplemente una niña hacía y deshacía en su vida, entraba y salía cuando le parecía y cuando tenía únicamente 14 años empezó a consumir alcohol al que se hizo adicta.

De esta manera iniciaría una carrera que duraría nada más y nada menos que 30 años en la que se haría adicta a la cocaína, probaría todo tipo de drogas y llevaría una vida desordenada solamente comparable a la de esos grandes mitos de la historia del rock que nos han ido abandonando de manera trágica. Sin embargo ella siempre ha demostrado estar hecha de otra pasta ya que ha sabido salir adelante, recuperarse de sus adicciones sin que su talento se haya resentido lo más mínimo y poder hacer examen de conciencia a tiempo sobre su conducta.

Está claro que su comportamiento no ha sido ejemplar, pero yo siempre he sido partidario de valorar a cada artista simplemente por su capacidad para emocionarnos y hacer brotar su talento, al margen de su comportamiento personal. En ese sentido la Belinda artista supera con creces a la Belinda de su ámbito privado, dejándonos regalos tales como “We Can Change”, una especie de propósito de enmienda en la que nos cuenta que es posible cambiar. De hecho ella lo ha conseguido.

Nos vamos acercando poco a poco al final de este magnífico álbum. Ya solamente quedan tres canciones y en ellas Belinda muestra su gran versatilidad y capacidad para moverse en distintos terrenos con dos estilos que contrastan totalmente entre sí. Primero nos pone en órbita con la canción más rockera y de mayor ritmo del disco hasta ese instante, a continuación sube todavía más la intensidad de manera inesperada y cierra la fiesta con un baladón de los que emocionan desde el primer momento. Vayamos por partes.

Para empezar llega una canción que está considerada por los críticos como una de las mejores del álbum, en la que nos encontramos el ritmo más animoso y trepidante de todas las que en él se incluyen. Una tema con una letra romántica pero que se aleja de las baladas y los medios tiempos que tanto abundan en “Heaven on Earth”.

Se trata de “Fool for Love”, un trepidante tema de los que te ponen en órbita desde la primera nota e ideal para bailar. Sería editado como cuarto sencillo y sería el de menos éxito de los seis que salieron al mercado, lo que da muestra de la calidad de todas y cada una de las canciones que componen este álbum. Este último comentario va dirigido al iluminado del “one hit wonder”, que supongo que a estas alturas de la película ya se habra dado cuenta de que «no».

Sin solución de continuidad, Belinda nos sorprende con un tema más cañero y trepidante todavía. Da la impresión de que ha decidido guardarse para el final su momento más intenso y rockero y antes de cerrar definitivamente el álbum con una nueva joya nos sigue regalando grandes momentos para bailar.

De esta manera, Belinda nos demuestra que cuando se trata de ser intensa y recuperar de algún modo la esencia que mostró en los primeros tiempos de su carrera musical con The Go-Go’s su capacidad está fuera de ninguna duda. Así pues, disfrutemos a toda mecha de este espectacular “Nobody Owns Me”.

Para cerrar con broche de oro el álbum, Belinda vuelve a ponerse melancólica, sentimental y romántica y da un giro tremendo en cuanto a la intensidad que han mostrado las dos canciones que anteceden a la que da por finalizado el disco. Una monumental balada que está entre las mejores de su carrera y que fue publicada como sexto y último sencillo de este trabajo. Mensaje para el «iluminado»: un «one hit wonder» no publica seis sencillos de un mismo álbum.

Todo lo que hemos ido escuchando hasta este instante ha mostrado una calidad bastante evidente, pero esta última canción es una preciosidad. Es una de mis preferidas y en ella nos ofrece su capacidad para interpretar baladas siempre con ese tono de voz tan inconfundible, personal e intransferible.

Se trata de «Love Never Dies», con una interpretación mágica en el que el sentimiento de su voz, áspera, arriesgada y rotunda demuestra su valía y autenticidad.

Hace tiempo que tenía en mente ocuparme de algún álbum de Belinda Carlisle en el póster central de «La Graminola», pero todo se ha precipitado de alguna manera por el artículo de marras. Me reafirmo en mi opinión de que muchas veces se escriben cosas de los artistas sin conocer lo que realmente ha sido su carrera y simplemente porque no la han seguido dan por hecho que ha sido corta y poco fructífera.

«Heaven on Earth» es un grandísimo disco y Belinda Carlisle una magnífica artista. Basta comprobar algunos de los grandes de la música que han colaborado con ello como por ejemplo Lindsey Buckhingham, Andy Taylor, Susana Hoffs, Thomas Dolby, Wilson Phillips o el mismísimo George Harrison. Eso no lo consigue cualquiera. Además, con su siguiente álbum, «Runaway Horses», repetiría paso por paso el éxito cosechado con el que hoy nos ha ocupado, por lo que no descarto que en un futuro Belinda vuelva a protagonizar nuestro póster. Y ya se sabe que los grupos y solistas que pasan por la página centra de «La Graminola» nunca son «one hit wonder».

 

LISTA DE LOS AÑOS 80

Para continuar con el repaso a las listas graminoleñas de otros tiempos no vamos a viajar mucho más lejos de la época dorada de Belinda Carlisle, ya que vamos a situarnos en el 20 de noviembre de 1988 para recordar una estupenda canción que fue la única nueva entrada que registró la lista que estrenamos aquel día. Una combinación explosiva entre un músico norteamericano y un grandísimo grupo inglés que darían como resultado un tema espectacular para bailar.

Afrika Bambaataa era por aquella época ya un reconocido disc jockey, cantante y productor que había sabido ir abriéndose camino poco a poco a base de ganarse con unos ritmos muy especiales no solamente  al público de color sino también al de raza blanca de su país con un tipo de música que se convirtió en innovadora. Podría decirse que nos encontramos ante uno de esos casos de artistas a los que les llega el reconocimiento merecido tiempo después de presentar sus credenciales.

Su verdadero nombre es Lance Taylor, nació en el Bronx y desde siempre estuvo metido en temas reivindicativos sobre igualdad racial. Aprovechando la popularidad que iría adquiriendo en el mundo de la música, seguiría peleando por los derechos de los negros, convirtiéndose en un personaje bastante popular al otro lado del charco.

En el año 1988 publicaba un disco bajo el título de «The Light» en el que contaría con la colaboración de distintos artistas de reconocido prestigio. Su forma de entender la música y de rapear combinando sonidos de distintos estilos le convertirían con el paso de los años en uno de los principales antecesores del hip-hop que rompería definitivamente poco después.

Entre estos colaboradores contaría con la ayuda de un grupo inglés que llevaba tiempo demostrando que el reggae no era únicamente cosa de jamaicanos y que desde sus primeros tiempos también se había preocupado por causas sociales al estar formado por ocho jóvenes procedentes de muy humildes familias trabajadoras, por lo que el resultado final sería espectacular ya que el grado de complicidad que alcanzarían sería muy elevado.

Estos ingleses no eran otros que UB40 quienes con Ali Campbell a la cabeza le pondrían voz a la producción musical y al rap del disc-jockey con una de las canciones más reconocidas de aquel año 1988 como fue «Reckless», con la que pusieron a bailar a medio mundo. En nuestra lista permanecerían durante 15 semanas para alcanzar el top 25.

 

LISTA DE LOS AÑOS 90

Hasta tres canciones de finales de los 90 vamos a saborear en el día de hoy, porque tres son las entradas que se produjeron en nuestra lista el 22 de noviembre de 1998. Una de ellas nos llega de la mano de un grupo galés muy comprometido con temas políticos y las otras dos tienen un protagonismo español absoluto ya que sus responsables son un grupo que intentaba confirmar el éxito de una espectacular canción publicada un par de años antes y el otro debutaba en sociedad para convertirse en una de las bandas preferidas por el público de nuestro país y que más discos iba a vender en los siguientes años. Vamos con todas ellas.

La primera de las entradas que se producía aquel día nos la traía un grupo de Gales que hacía ya más de diez años que estaba en circulación haciendo muy buena música pero que no acababan de explotar del todo por dos motivos muy claros: porque trataban temas de pronunciado significado político siempre desde el punto de vista de la izquierda, y porque trataban a la prensa a patadas ya que la acusaban de manipuladora. Esto provocaría que a pesar de sus grandes discos no acabaran de convertirse en auténticos superventas, aunque siempre lograban grandes dosis de promoción y publicidad con las polémicas que iban creando allá por donde pasaban.

Para que nos hagamos una idea de que eran capaces de llevar a las últimas consecuencias su manera de entender la música, baste con decir que se convirtieron en la primera banda europea que se atrevió a tocar en Cuba en pleno bloqueo a la isla. Circunscribiéndonos a lo meramente musical, hay que decir que en sus primeros tiempos se movieron en el terreno de punk-rock, de hecho había quien los consideraba los Sex Pistols de los 90, para posteriormente sumergirse en las aguas del rock alternativo y lograr el éxito merecido.

Para que no les faltase de nada, en el año 1995, Rick James Edwards, guitarrista y letrista habitual de la banda desapareció repentina y misteriosamente sin dejar rastro y nunca más se ha sabido de él, hasta el punto de que en el año 2008 sería dado legalmente como fallecido. Esta circunstancia no sería impedimento para que tres años después lograran el primer número uno de su carrera al publicar la canción con la que más éxito han cosechado a lo largo de su trayectoria.

Como no podía ser de otra manera se trata de una canción con un marcadísimo contexto político inspirado en esta ocasión la guerra civil española. Durante la contienda fueron muchos los británicos que se alistaron voluntariamente en la Brigada Internacional para luchar en la batalla y para lograr la mayor repercusión se utilizó un cártel en el que aparecía una niña muerta tras un bombardeo de las fuerzas dirigidas por Franco. Debajo de ese cartel se podía observar la leyenda «Si toleras esto tus hijos serán los siguientes».

Este cartel sería el que les inspiraría para componer «If You Tolerate This Your Children Will Be Next», el tema que colocaban en nuestra lista aquel día y en el que se explayaban claramente en su letra sobre lo acontecido en esa miserable guerra.

Podría decirse que esta sería la composición que les situaría definitivamente en el mapa más allá del Reino Unido y los Estados Unidos, incluyendo España donde se convertirían en una de las bandas de mayor proyección del momento. En nuestra lista nos acompañarían durante 10 semanas alcanzando el top 29.

Hay ocasiones en las que un grupo es capaz de lograr un éxito tan rotundo con una de sus canciones que todo lo que viene detrás termina tragado por ella ya que por mucho empeño que pongan no logran acercarse a su trascendencia, popularidad y calidad. Eso es lo que de alguna manera le ha pasado a la banda que protagoniza la segunda entrada que se producía en la lista de aquel 22 de noviembre de 1998.

Jarabe de Palo es uno de esos grupos de los que dudas si calificarlos como tales ya que el indiscutible y único protagonista del mismo es su fundador y auténtico líder Pau Danés. Aún no se habían apagado prácticamente los ecos del tremendo éxito que habían cosechado algo más de un año atrás con la inolvidable «La Flaca» y ya estaban intentando reeditar el éxito con el sencillo de presentación de su nuevo álbum, tarea bastante difícil que se convertiría finalmente en imposible.

Se trata de una canción cuya letra encaja a la perfección con lo que Danés tendría que vivir algunos años después en su lucha contra el cáncer. Cuando la compuso no pensó que iba a ser una especie de banda sonora de su vida, pero lo cierto es que resume de alguna manera lo que lleva pasando desde hace algunos años.

La canción en cuestión no es otra que «Depende» y habla de lo relativo que es todo, de la ambigüedad, de la incertidumbre de todo lo que nos rodea, pero también de optimismo, de que siempre hay que sabar mirar las cosas desde el punto de vista adecuado. Una buena composición que no obtendría la repercusión de «La Flaca» pero que también se haría bastante popular con aquello de «Depende, ¿de qué depende? / Del color con que se mire / Todo depende…/

Siempre he pensado que Jarabe de Palo es uno de los grupos españoles tratados con más injusticia dentro del pop español. Su música creo que tiene una calidad más que notable y con el paso de los años Pau Danés ha ido adquiriendo una madurez suficiente como para seguir haciendo buenas canciones. Sin embargo, el listón tan alto que marcó el éxito de su canción más representativa siempre les ha pasado factura, haciendo real ese dicho de que «las comparaciones siempre son odiosas».

Vamos ya con la tercera y última entrada que se producía en nuestra lista aquel día. De nuevo los protagonistas son un grupo español pero bastante distinto al capitaneado por Danés. Se trata de una banda originaria de San Sebastián que acababa de debutar publicando el primer álbum de su carrera y que sin saberlo iban a convertirse en muy pocol tiempo en uno de los grupos favoritos del público español y de los que más ventas iban a facturar dentro del mercado discográfico español. Estoy hablando de «La Oreja de Van Gogh».

Los antecedentes del grupo se retrotraen al año 1996 cuando cuatro jóvenes llamados Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Xabi San Martín y Haritz Gardi habían dado forma a una banda que recibiría el nombre en un primer momento de «Los Sin Nombre». Poco después, Pablo conocería a una chica en una cena de amigos y al oirla cantar la ofrecería realizar una prueba con su grupo para ver si encajaba como vocalista del mismo. En un primer momento ella fue reacia al ofrecimiento ya que no se le había pasado por la cabeza dedicarse a la música de manera más o menos seria, pero finalmente accedería a la petición del músico y tras cantar con ellos pasaría a convertirse en su nueva voz. Ella no es otra que Amaia Montero.

Lo primero que harían sería cambiarle el nombre al grupo que pasaría a denominarse La Oreja de Van Gogh y a continuación se presentarían por dos años consecutivos al Concurso Pop Rock Ciudad de San Sebastián, resultando ganadores del mismo al segundo intento. A partir de ese instante comenzaron a hacerse populares entre el público de los garitos nocturnos más famosos de San Sebastián hasta que una casa discográfica se fijo en ellos y les ofreció grabar su primer disco.

El álbum llevaría el título de «Dile Al Sol» y les convertiría en una de las revelaciones nacionales del año 1998 y en uno de los grupos españoles con mayor capacidad de progresión. El segundo sencillo que se publicaría de este trabajo, «Soñaré», les daría el espaldarazo definitivo para adquirir una gran popularidad y supondría su debut en nuestra lista. Con él nos acompañarían durante 19 semanas para alcanzar el top 19.

Por mucho que tuvieran muchas ilusiones depositadas en su futuro, en ningún momento se imaginaron el nivel mediático que iban a adquirir poco después con la publicación de sus siguientes discos, convirtiéndose en uno de los grupos más destacados de nuestro país. En sus inicios mostraron un sonido un tanto más tosco, contundente y guitarrero, pero cuando abrazaron de par en par el pop más sencillo que podamos encontrar sería cuando se convertirían definitivamente en grandes figuras.

 

LISTA DEL NUEVO MILENIO

Nos situamos ya en el año 2008, concretamente en el 16 de noviembre, para hacernos eco de las dos novedades que se producían en la lista que estrenábamos aquel día. Ya os digo yo que son un poco sosas y que de todas las listas graminoleñas que hemos recordado hoy es la que más deja que desear. La decadencia de la música empezaba a mostrarse con toda su crudeza ya por aquella época, está claro.

Con la primera entrada que registraba la lista aquel día no me extenderé demasiado ya que se trata de una composición que ya ha aparecido por aquí con anterioridad en dos ocasiones dado que se pasó mucho tiempo entrando y saliendo de nuestro ránking. Como además tampoco es nada del otro mundo simplemente os la ofrezco de nuevo para recordarla. Se trata del EP «Mar de Dudas», la canción creada por ese grupo de raperos que tomaron el nombre de Falsalarma.

En esta ocasión solamente permanecerían en nuestra lista una semana, pero ya os advierto que tras abandonarla regresarían en una última oportunidad, por lo que en breve habrá que mencionarla de nuevo. Es lo que hay.

La segunda entrada que registraba la lista aquella semana es una canción que va a sorprender a muchos, sobre todo a los más jóvenes, porque viene de la mano de uno de los artistas latinos de mayor actualidad y más éxito del momento a base de hacer reggaetón y similares, pero que lleva ya 20 años de carrera y que por aquel entonces realizaba una música muy apartada de la que le ha terminado convirtiendo en una figura de la música latina de los últimos años. Me estoy refiriendo a Luis Fonsi.

Su debut se produciría en el año 1998 y desde ese instante se movió siempre en las aguas de la música romántica, ofreciendo unos discos repletos de sensibilidad y llenos de baladas y medios tiempos. El portorriquense quería hacer música más seria y en esa primera época se apartaba claramante de los ritmos latinos y similares, gracias a lo cual fue conquistando poco a poco al público de Sudamérica.

En el año 2008 publicaba el que era su séptimo álbum de estudio bajo el título de «Palabras de Silencio», en el que se incluía una canción con la que iba a alcanzar el mayor éxito de su carrera hasta ese instante y que le iba a servir para dar el salto definitivo a España, donde lograría también unos resultados más que destacables. Una balada a su más puro estilo que llevaría el título de «No Me Doy Por Vencido», con la que nos acompañaría durante 34 semanas para alcanzar el puesto número 8 como mejor registro.

A partir de ese momento se haría un nombre también en el mercado español, aunque su relevancia fue cediendo poco a poco hasta que se dio cuenta de que sumergiéndose en los terrenos del reggaetón la cosa podía cambiar. De esta manera, perdiendo su esencia y renunciando a su manera real de concebir la música, relanzaría su carrera de forma rotunda con el famoso «Despacito». Otro caso más que demuestra que para algunos lo de menos es la música, el caso es vender muchos discos. Una pena.

 

TAMBIÉN ES MÚSICA

La sección que le dedicamos a esas otras formas de hacer música de esta semana yo la consideraría en esta ocasión como puro esperpento. Para empezar tenemos uno de los muchos casos en los que hijo de cantante famoso y de éxito lo intenta por ser quien es y mejor es que se hubiera dedicado a otra cosa. Para seguir nos encontramos con un personaje que yo no me atrevo a calificar porque siempre me quedaría corto, que se hizo famoso de la nada y que gracias a la polémica y al escándalo del mundo del corazón llego a publicar un par de sencillos y posteriormente un álbum al comploeto. El final nos llega de la mano del “alter ego” de un cantante serio que se inventó un personaje paralelo un tanto casposo en un principio para echarse unas risas y termino triunfando como nunca antes (ni después) lo había hecho. Así pues, vamos con tres clarísimos ejemplos de eso que también es música.

 

JAVI CANTERO / Y CUANTO MÁS ACELERO

La tentación de seguir la senda de un papá cantante famoso siempre está ahí. Lo mejor es intentar convencerse de que es mejor no intentarlo si no se tiene suficiente talento, pero es inevitable que en muchos casos los tiernos hijos se lancen al vacío intentando seguir los pasos de papá, aunque en un número bastante considerable de ocasiones lo mejor habría sido quedarse en casa. Éste es el caso del primer protagongista de la sección.

Hablar de El Fary es hablar de una figura cuya popularidad desborda todos los límites. Uno de los cantantes más conocidos y exitosos del flamenco y la rumba de nuestro país y de manera inesperada actor de series televisivas de éxito que durante su trayectoria nos fue dejando decenas de canciones que todos conocemos. En el año 2001, aprovechando el tirón, uno de sus hijos intentaría seguir sus pasos, pero lo cierto es que a pesar de adquirir una tremenda popularidad con su sencillo de presentación, desde el primer momento se pudo apreciar que no había para mucho más.

El chaval contaba con tan sólo 18 años de edad en aquel instante y tomaría el nombre artístico de Javi Cantero. Su único meríto era ser hijo de quien era porque ni sabía tocar la guitarra, ni componer, ni, evidentemente, cantar. Aún así publicaría un sencillo de debuto con un ritmo rumbero un tanto moderno y una letra pegadiza aunque infumable con el que lograría vender un buen número de copias. Se trata de “Y Cuanto Más Acelero” con aquel soniquete que decía lo de “y cuanto más acelero, más calentito me pongo”. Sin comentarios.

El bueno de Javi llegaría a publicar un álbum y un sencillo más titulado “Me Pones a 100” con unos parámetros muy similares a los que acabamos de degustar. Su éxito sería efímero y aunque lo seguiría intentando se quedaría en nada. Volviendo a aprovechar el tirón de su padre, en el año 2007, con motivo de su fallecimiento, lo volvería a intentar con un disco de versiones buscando colaboradores de lujo que le ayudaran a remontar su carrera musical, pero donde no hay lo mejor es no buscar, ya me entendéis.

 

TAMARA / A POR TI

La protagonista que viene a continuación es difícil de calificar. Adquirió una gran popularidad gracias a la denominada “televisión basura” y en determinados momentos ha sido objeto de una burla exagerada, aunque realmente ella se lo ha buscado. Un personaje que se dio a conocer para el público en general gracias al programa “Crónicas Marcianas” y que durante su época de mayor popularidad publicó algunos discos, batió algunos récords, protagonizó comportamientos esperpénticos, se metió en demandas judiciales contra una cantante de un gran prestigio y terminó un tanto perjudicada de la cabeza. Podría decirse que vivió muy deprisa y acabó de aquella manera.

Su nombre artístico fue cambiando con el paso del tiempo. Empezó haciéndose llamar Tamara y se permitió el lujo de demandar judicialmente a la cantante de boleros del mismo nombre por utilizarlo artísticamennte, cuando resulta que es su nombre real, perdiendo el pleito y debiendo de cambiarlo de inmediato. En un primer paso pasaría a llamarse Ámbar pero también estaba registrado por lo que finalmente adoptaría el exótico apelativo de Yurena.

Su nombre real era María del Mar Cuena Seisdedos y siempre iba a compañada a todos los sitios por su madre, Margarita, que siempre llevaba algún ladrillo en el bolso que no dudaba en arrojar a la prensa cuando se acercaban a hacerle preguntas “impertinentes”, y esto es literal, no exagero lo más mínimo. Lo curioso del caso es que antes de adquirir esta tremenda popularidad por una especie de llamémosle “frikismo”, había recibido clases de canto, que evidentemente no le sirvieron de mucho, y en su Vizcaya natal era habitual verla actuar en algunos de los chiringuitos más populares de la provincia, algo que hace todavía más increible la situación.

A pesar de todo, en el año 2000 llegaría a convertirse en una auténtica superventas con la publicación de un maxisingle que incluía dos canciones que adquirieron una tremenda popularidad. Una de ellas era el famoso “No Cambié”, que lamentablemente pasará por estas páginas a su debido tiempo habida cuenta de que terminó entrando en nuestra lista, y el otro el que os ofrezco a continuación. Una canción titulada “A Por Ti” que junto a su “compañera de maxi” batieron en aquel momento el récord de descargas como sintonías para móvil. Alucinante.

Dada la contundencia con la que irrumpió con este maxi, algunos de los más prestigiosos artistas de nuestra música como Alaska, Carlos Berlanga, Nacho Canut, Joaquín Fernández o Luis Miguélez la promocionaron convenientemente dando lugar a la publicación de un álbum que, como no podía ser de otra manera, pasaría con más pena que gloria. Durante algún tiempo se convirtió en un icono gay, viviendo su mejor época, pero como todas estas situaciones terminaría pasando de moda. Sus continuas apariciones en televisión y las incesables patochadas que ella y su madre fueron protagonizando terminarían por saturar al público que no dudaría en dejarla de lado tan rápido como la llevaron a la cumbre.

Todo lo que os he contado supera lo esperpéntico, dando muestras de que desde hace un tiempo cualquier cosa vale en el mundo de la música para alcanzar tu pequeño momento de gloria, simplemente hay que estar el el lugar oportuno en el momento adecuado. Una pena. Por cierto, ¿soy yo o esta tía se parece físicamente al David Bowie de Ziggy Stardust?

 

EL CHAVAL DE LA PECA / A-BA-NI-BI

Para cerrar la sección dedicada a esas otras maneras de hacer música, vamos con el, entre comillas, más serio de los tres “artistas” que han pasado por ella en el día de hoy. Un cantautor que había publicado dos discos de manera seria y que de repente le dio un giro a su carrera por pura casualidad hacia un personaje bastante peculiar que le iba a garantizar el éxito que no había conseguido hasta ese momento. La versión cutre vencería con creces a la de verdad, es lo que hay.

Marc Parrot había publicado dos larga duración en los 90 teniendo cierta repercusión en su Cataluña natal pero sin lograr un reconocimiento generalizado en el mercado discográfico español. Sabía que tenía que intentar darle un giro a su carrera pero pocos podían imaginar que éste iba a ser tran drástico e iba a llegar de manera imprevista gracias a su aparición en una gala de fin de año de 1997 emitida en la televisión autónomica catalana interpretando a un personaje inventando por él y sumergido en una clara nostalgia revival.

En esa gala interpretó a un personaje, ataviado con una ropa claramente retro que cantaba temas de los años 70 debidamente versionados. Tal fue el éxito que cosechó su actuación ese día que de manera inmediata se puso manos a la obra para grabar unas cuantas canciones en el estudio y publicar un disco bajo el nombre de El Chaval de la Peca. Lo que nadie podía imaginarse es que su éxito iba a ser tan desbordante.

Las versiones que realizaría de algunas de las canciones más destacadas de los 70 llamarían la atención del público, logrando unas ventas de discos bastante buenas. La que realizaría de “Libre” de “Nino Bravo” sonaría una y otra vez en las emisoras de radio pero si he de quedarme con una yo lo haría con la versión en español que realizaría de una de las canciones vencedoras en el festival de Eurovisión.

Estoy hablando del mítico “Abanibi” del grupo Izar Cohen & Alpha Beta que lograron el triunfo en el año 1978. Con ella, Marc alcanzaría el mayor éxito de toda su carrera después de tantos y tantos años intentando llamar la atención del público con música surgida únicamente de su talento. Lo que son las cosas.

Con estos dos discos ganaría muchísimo dinero por lo que pondría fin en el año 2000 a su nuevo personaje retomando su carrera en plan serio como Marc Parrot, aunque la situación volvería al principio, es decir, a solamente lograr cierto reconocimiento en Cataluña, publicando algunos de sus trabajos exclusivamente en catalán por este motivo. En la actualidad realiza más funciones de composición y de producción, habiendo creado su propio sello discográfico, sin que se le haya pasado por la cabeza recuperar la figura de El Chaval de la Peca que estoy seguro que según está el panorama musical de nuestro país volvería a lograr buenos resultados. Es lo que hay y es una pena.

 

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

La contraportada de esta semana nos invita a comer fruta amarga, mientras viajamos hata parajes helados para contemplar el equinocio. Dicho así parece un tanto incongruente pero si segúis leyendo y escuchando veréis que váis a disfrutar a lo grande.

 

EFEMÉRIDE

 

El 22 de noviembre de 1950 venía al mundo un grandísimo guitarrista como es Steve Van Zandt y para celebrarlo le damos todo el protagonismo en la efeméride de esta semana. Sin «El Boss» al lado también sabe ofrecernos momentos únicos.

 

Hay músicos que realizan casi toda su carrera a la sombra de un gran ídolo y de algún modo queda eclipsado su verdadero talento. El protagonista de la efeméride de esta semana podría ser uno de estos casos pero su carisma e importancia dentro de la carera de uno de los más grandes de la historia del rock han traído consigo que sea catalogado como un auténtico genio. Me estoy refiriendo a Steve Van Zandt.

Desde el primer momento su colaboración con Bruce Springsteen dentro de la E. Street Band fue crucial para el éxito de “El Boss”. Amigos desde su época de estudiantes, Steve se convirtió en la voz de la conciencia en muchas ocasiones a la hora de decidir hacia que estilo había que cambiar o que canciones incluir en cada uno de sus álbumes, convirtiéndose en el apoyo indispensable de Springsteen incluso en los periodos en los que abandonó la banda de acompañamiento para revitalizar su carrera como solista.

El hecho de ser considerado como “acompañante” ha provocado que en Europa no se haya valorado en su justa medida su carrera en solitario, en la que nos ha ofrecido momentos bastante especiales, como por ejemplo en el año 1987 con la aparición en el mercado del disco “Freedom, No Compromise”, el cual firmaría como Little Steven, un álbum con un marcado contenido político en el que Steve se hacía eco de las injusticias que sufrían gente como los indios nativos americanos o las víctimas del Apartheid en Sudáfrica.

La canción más representativa de este álbum es “Bitter Fruit”, un tema que a mí personalmente me encanta y del que llegó a sacar una versión cantada en español, pero de ésa es mejor no hablar. Yo os ofrezco la versión original que es una auténtica pasada y en la que cuenta con la colaboración especial del mismísimo Rubén Blades.

Muchos son los que han querido ver cierto resquebrajamiento en las relaciones entre Van Zant y Springsteen en los periodos en los que el primero abandonaba la E Street Band, nada más lejos de la realidad. Incluso en esos periodos Steve seguía colaborando con su amigo en las grabaciones de sus discos aunque no en las giras y desde el año 1995 se ha convertido nuevamente en su principal apoyo en ambas facetas.

 

LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOL

 

El apartado dedicado a la música española de esta semana está protagonizado por un grupo de corto recorrido pero que nos dejó a cambio un auténtico himno dentro de la movida. Ellos son Zombies y supongo que no hará falta que os diga cual es la canción.

 

Hay grupos que a pesar de su corto recorrido pasan a la historia de la música por lo que para ella han significado. Hay canciones que se convierten en míticas y auténticos himnos de nuestro pop. Además hay ocasiones en que ambas situaciones se unen para dejarnos momentos que podemos considerar únicos, como el momento que vamos a vivir hoy dentro del apartado que le dedicamos a la música española cada semana.

Bernardo Bonezzi era un joven músico con un grandísimo talento que desde que tenía tan sólo 13 años de edad llevaba componiendo canciones. En el año 1979 daba cuerpo a un grupo para el que iba a hacerse acompañar por Alex de la Nuez, quien posteriormente pasaría por Tequila y Alex y Christina, y Juanma del Olmo, posteriormente parte muy importante de Los Elegantes. La banda se completaba con Miguel Ordóñez, Massimo Rossi y como atrayente complemente femenino Tessa. Ellos eran Zombies.

Un año después iban a convertirse en uno de los grandes abanderados de “La Movida” gracias a una de las canciones que Bernardo había compuesto cuando todavía era un niño. Un tema muy especial que se ha convertido en uno de los clásicos de nuestro pop e indispensable para entender la música que se realizaba en nuestro país en la década de los 80.

Estoy hablando de la mítica “Groenlandia”, con la que pusieron el listón demasiado alto hasta el punto de que no fueron capaces de igualar su trascendencia con ninguna de las composiciones que vendrían a continuación. Bernardo decidiría poner fin a la aventura tan solamente dos años después abrumado de alguna manera por la repercusión de esta composición y por la imosibilidad de seguir logrando éxitos similares.

Bonezzi continuaría dedicándose al mundo de la música pero desde otra perspectiva. Se especializaría en la composición de bandas sonoras para películas y series de televisión, destacando entre estas últimas la sintonía de la afamada serie “Farmacia de Guardia”. Desgraciadamente, la muerte nos lo arrebataría prematuramente a los 49 años de edad en el año 2012.

 

NOVEDAD

 

Cada semana me quedo con la misma impresión: acabamos “La Graminola” siempre mejor que la empezamos: pasamos del reggaetón más espantoso a un final con música de verdad de la mano de la novedad de la semana. En esta ocasión un grandísimo disco obra de un grandísimo genio. No se puede acabar mejor que al ritmo que nos marca el señor Jean Michel Jarre.

 

Jean Michel Jarre siempre ha sido un adelantado a su tiempo. Allá por los años 70, cuando emergió de una manera desbordante en el panorama musical internacional, sorprendió a propios y extraños con su música de sintetizadores indicando cual iba a ser el camino que iba a seguir la música en los 80 con la irrupción del tecno pop. No conforme con eso, en esa década iría mostrándonos lo que iba a convertirse en la música electrónica que nos rodea en la actualidad. Ahora vuelve a sorprendernos y a lo grande.

Hace 40 años, el francés publicaba uno de los discos más significativos de su carrera, Equinoxe. En él nos enseñaba a base de música la vida de una persona desde que se levantaba hasta que se volvía a acostar, mirando hacia un futuro que él imaginaba muy parecido al que estamos viviendo en la actualidad. Un disco auténticamente cinco estrellas y con ambiente futurista en aquel momento.

Para conmemorar el evento, Jarre publica cuarenta años después la continuación de ese mítico álbum. Un trabajo titulado “Equinoxe Infinity” en el que vuelve a demostrar que es un auténtico genio a la hora de seguir innovando con sus teclados y su música electrónica y en el que nos cuenta como la tecnología ha avanzado a pasos agigantados sin que los hombres se hayan parado a pensar como debieran lo que puede suponer la evolución de la inteligencia artificial.

Nuevamente sumergido en un ambiente futurista, sigue demostrando que pasen los años que pasen continúa teniendo la capacidad para no repetirse lo más mínimo y seguir siendo un auténtico referente de la música electrónica. Como muestra baste el botón de este “The Watchers (Movement 1)”, que suena bastante bien.

Hasta aquí hemos llegado por hoy. Como siempre buena música con el único tachón habitual que ya sabéis. En una semana volvemos con más grandes momentos.

Hasta entonces, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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