LA GRAMINOLA – NÚMERO 56 – 20 DE DICIEMBRE DE 2018


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Ya sabéis que la base de la revista es dar un pequeño repaso con las novedades que presentaban las listas de éxitos que he ido confeccionando desde hace cincuenta años. Cada nuevo número empezamos por la lista actual de cada semana y a continuación seguimos viajando hasta las listas de hace 50, 40, 30, 20 y 10 años. Todos los éxitos de la música desde el año 1967 irán apareciendo por aquí.

Junto a las listas distintas secciones a cada cual más recomendable. En «Los Pioneros» rememoramos la música y los artistas que inspiraron a todos los que vinieron después. Nuestro póster, a doble página en el centro desmenuza cada semana un disco que fue, es y será muy grande. En la sección «También es Música» le damos cabida a esas canciones y esos artistas que a su manera también han tenido protagonismo, en muchas ocasiones de manera inesperada. Y la contraportada es el colofón con noticias de actualidad musical, efemérides y música española.

Echándole un vistazo a la portada de cada día os podéis hacer una idea del contenido de la revista. Junto a cada fotografía hay un texto que contiene un link que te lleva directamente a la página en cuestión, pero yo os recomiendo ir por orden, ir leyendo desde el principio al final porque la música lo merece. Y recordad que siempre estaré abierto a cualquier crítica, consejo, sugerencia o petición que vosotros, Graminoleños, me hagáis.

 

NUESTRA PORTADA

 

La lista de actualidad de esta semana trae lo de siempre, aunque con algunas variantes. David Bisbal cuenta con la ayuda de la colombiana Greeicy para fusionar sonidos flamencos y latinos. Junto a ellos una de las cantantes británicas del momento: Anne Marie.

 

 

La sección pionera de esta semana viaja hasta Francia para deleitarnos con la música y el carisma de uno de sus rockeros más representativos, Johnny Hallyday.

 

 

La lista de los 60 de esta semana presenta una única nueva entrada. Nos la trae un grupo asiduo a nuestra revista que a base de un pop con las pautas de la época logró un buen puñado de éxitos. Me estoy refiriendo a los londinenses The Tremeloes.

 

 

Dos grupos que lo petaron en los 70 nos visitan en el día de hoy. Boney M y Blondie le ponen música a la sección dedicada a esa década.

 

 

El póster central de esta semana nos sirve para rematar la faena con ese espectacular recopilatorio titulado «Esta Noche Cruzamos el Mississippi». Como la semana pasada nos trae una música espectacular con gente como The Kinks, Spencer Davies Group, Traffic, Buffalo Springfield, The Zombies, Tonny Joe White, Canned Heat, John Lee Hooker, Iron Butterfly …

 

 

La música de los 80 de esta semana se tiñe de exotismo y nos lleva hasta Sudáfrica para acariciarnos los oídos con una canción reivindicativa interpretada por Johnny Clegg & Savuka.

 

 

Los 90 fueron suyos. Tras el trauma que supuso la separación de El Último de la Fila para su legión de seguidores, todos respirarían aliviados cuando escucharon la música que Manolo García ofrecía en su primer álbum en solitario. La lista de los 90 de hoy está protagonizada por él en exclusiva con el tema que colocaba en la misma a finales de 1998.

 

 

 

Dos solistas españoles son los encargados de ponerle música a la lista del nuevo milenio. Por un lado Melendi se apodera por primera y única vez del número uno. Por otro Cooper, un cantante al que muchos de vosotros seguramente no conoceréis nos ofrece su música con la única nueva entrada que presentaba la lista del nuevo siglo que hoy analizamos. Mucho talento para tan pocos resultados.

 

 

La sección de «También Es Música» está de retirada ya que a principios de año será sustituida por una nueva. Para ir cerrando página nos ofrece en el día de hoy tres canciones que han dejado al chaval de aquí al lado de esta guisa. Sin comentarios.

 

 

El cierre de fiesta de nuestra contraportada nos trae tres grandes canciones pero todo queda eclipsado por ellos, por los siempre espectaculares Kiss.

 

 

LA LISTA DE LA GRAMINOLA

Estamos ya en pleno invierno pero el panorama musical de nuestro país parece no enterarse demasiado, y nuestra lista de actualidad poco más o menos. Digo esto porque siguen entrando en ella temas con ritmos más propicios para el verano, como sucede con uno de los que lo hace esta semana. No es reggaetón, pero sí que es música latina con algunos retoques. La otra nueva entrada al menos es una balada, algo es algo. Vamos con ellas.

El primero de los protagonistas de la lista de actualidad de esta semana es David Bisbal, pero no viene solo, porque ya sabemos que ahora se estila lo de las dichosas colaboraciones, más que nada, creo yo, porque es tan poca la creatividad que existe hoy en día que es mejor que donde coma uno coman dos. En fin, más de lo mismo.

La afortunada en esta ocasión es una cantante colombiana que atiende al nombre de Greeicy, una mujer que lleva desde muy niña sumergida en el mundo de la interpretación, habiendo participado en muchas series y telenovelas ofrecidas por las cadenas de televisión de su país, donde tiene una gran popularidad.

La colombiana quiere ahora abrirse camino también a este lado del charco y con el padrinazgo del señor Bisbal nos ofrece una canción más típica de épocas más calurosas y veraniegas en el que la típica rumba del español se funde con ritmos latinos dejándonos este “Perdón”, que no sé si es una declaración de intenciones por lo que la música de hoy en día nos ofrece. Al menos, este tema se deja escuchar.

La segunda entrada de esta semana nos llega desde Inglaterra y nos la trae una de las artistas emergentes de ese país que recordará el año 2018 como el de su lanzamiento definitivo gracias a la publicación del que es su segundo trabajo titulado “Speak Your Mind”. Se trata de Anne Marie que si bien no hace una música como para lanzar cohetes sí que es cierto que la chica es original y se lo curra, al menos con la composición que nos trae en el día de hoy.

En esta ocasión nos ofrece una balada que habla de un romance infantil que la cantante mantuvo con un niño que conocía y que puede considerarse como el primer amor de su vida, el más inocente. La originalidad de esta canción radica en que cuando entran los coros se hace referencia a los títulos de algunas canciones conocidas por todos y que sonaban en las radios de todo el mundo precisamente el año en el que ella cayó enamorada.

El título de esta balada es “2002” y algunas de las canciones a las que hace referencia son “Oops … I Did It Again” o “Baby One More Time” de Britney Spears. Esto es cantar sobre lo cantado.

 

LOS PIONEROS

La sección de «Los Pioneros» de día de hoy nos traslada al otro lado de los Pirineos, a Francia. De allí procedía un descomunal artista que se convirtió durante su larga trayectoria en una auténtica leyenda en su país. Uno de esos artistas reconocidos en todo el mundo y elevado a los altares por sus paisanos hasta el punto de ser considerado como el más grande entre los cantantes franceses. Estoy hablando del siempre genial Johnny Halliday.

Durante sus primeros años de carrera se movió sobre todo en el terreno del rock & roll, por lo que puede considerarse como el primer gran artista francés que triunfo a base de este estilo, para ir adaptándose a cualquier manera de hacer música con el paso de los años, demostrando que su versatilidad no tenía límites.

En el número de «La Graminola» de esta semana vamos a centrarnos en su faceta más rockera, en su faceta más antigua, en definitiva, en su faceta más pionera. Así que todos a disfrutar de tres de las canciones más representativas e importantes de su trayectoria.

 

VIENS DANSER LE TWIST

Cuando a principios de los años 60 el rock & roll se convirtió en el estilo por excelencia de la música norteamericana, todos sabían que en muy poco tiempo conquistaría también Europa. Muchos de los cantantes europeos más representativos del rock darían entonces sus primeros pasos a base de cantar y adaptar versiones de algunos de los éxitos que triunfaban al otro lado del Atlántico para más tarde convertirse en rockeros de pro con sus propias contribuciones. Hallyday no sería una excepción.

De hecho está considerado no ya solamente como el gran introductor del rock en Francia sino como el equivalente francés al mismísimo Elvis Presley, levantando tanta expectación y devoción en su país como él, hasta el punto de terminar siendo considerado como uno de los artistas más grandes que jamás haya dado Francia, opinión generalizada por cualquier admirador de la música de ese país.

Por todo lo expuesto, no es de extrañar que el primer gran éxito que cosechó en su carrera llegase de la mano de precisamente una versión de una de las canciones más exitosas y revolucionarias de aquella época que llegaría procedente de los Estados Unidos.

Se trata de «Let’s Twist Again» de Chubby Checker que una vez adaptada y traducida al francés se transformaría en «Viens Danser le Twist», convirtiéndose en una de las canciones triunfadoras en Francia del año 1961 y el primer gran éxito de la carrera de Halliday.

 

SOUVENIRS, SOUVENIRS

Ese mismo año iba a llegar el momento de confirmar que nos encontrábamos ante una rutilante estrella. Hallyday publicaría una canción, con la que lograría un tremendo éxito, que se convertiría en una especie de himno para los jóvenes franceses y el lanzamiento definitivo hacia el estrellato. Llegaría casi de puntillas pero se transformaría en una de las más conocidas y populares de toda su carrera.

Nos encontramos con una canción que fue publicada como sencillo poco antes de la aparición en el mercado de su segundo álbum que llevaría el álbum de «Memories, Memories» y con la que adquiriría de inmediato la consideración de gran estrella y el favor generalizado de público y crítica.

Se trata de «Souvenirs, Souvenirs», una canción que habla de los recuerdos que nos vienen a nuestra memoria cuando alcanzamos la madurez y que nos retrotraen a los mejores años de nuestras vidas, a nuestra juventud, en los que cada cosa que hacemos la disfrutamos con intensidad y nos hace sentir vivencias únicas, sobre todo en lo que al amor se refiere.

Esta canción volvería a adquirir cierta popularidad casi 20 años después de ser publicada cuando una cadena televisiva le encargaría a Hallyday la presentación de una serie de programas muy breves que hablarían de la carrera musical de distintos grupos y artistas vinculados sobre todo al mundo del rock en los que en algunas ocasiones él mismo era el encargado de interpretar sus éxitos. Ese programa llevaría precisamente el título de «Souvenirs, Souvenirs» y en su cabecera era interpretada la canción por el gran divo francés.

 

QUE JE T’AIME

Uno de los terrenos en los que siempre supo moverse fue en el de sus actuaciones en vivo. Sus conciertos siempre llegaban rodeados de una parafernalia y una espectacularidad impresionantes resultando verdaderamente costosos en el aspecto económico, pero lo cierto es que merecía la pena el esfuerzo porque utilizaba algunas artimañas que para aquella época eran sorprendentes y capaces de dejar al público perplejo.

Entre esas maneras de comportarse que tanto sorprendía y atraían os contaré dos de las más recordadas. En cierta ocasión irrumpió en el escenario descendiendo desde un helicóptero y fueron varias las oportunidades en las que el espectáculo se iniciaba con su grupo de acompañamiento sobre el escenario y el accediendo al mismo caminando entre el público. Genialidades no le faltaban.

Pero si hay una característica que ha marcado su carrera y que es lo que verdaderamente le ha encumbrado a la categoría de indiscutible estrella es la versatilidad que era capaz de ofrecer y la manera en la que iría evolucionando y creciendo durante su carrera. Apoyándose en su poderosa voz y en su capacidad para elevar y bajar su tono como nadie, Hallyday se fue alejando de algún modo con el paso de los años del mundo del rock para ir acercándose a la música más melódica, siendo ese el momento definitivo en el que su capacidad para emocionar le convertirían en la grandísima estrella que fue.

La demostración más evidente de lo que os estoy contando es la canción que viene a continuación y con la que cerramos la sección de «Los Pioneros» de esta semana. En el año 1969 se embarcó en la grabación de un álbum en directo para demostrar su formidable manera de desenvolverse sobre un escenario. Este disco tenía un grandísimo potencial pero cuando su casa discográfica lo escuchó al completo pensó que le faltaba una canción con gancho, una canción de esas que sobresale de entre las demás para tirar del álbum y lograr unas ventas más que considerables.

Por este motivo, Hallyday compuso en apenas 24 horas una nueva canción para que se convirtiera en esa especie de buque insignia del disco y que sería grabada en falso directo, es decir, en un estudio de grabación pero con los artificios necesarios como para parecer que estaba grabada en directo sobre un escenario. Su título es «Que Je T’aime» y con ella acabaría con la resistencia de los pocos que todavía le ponían alguna pega.

Como cualquier gran estrella que se precie, sobre todo aquellas vinculadas el mundo del rock & roll, su carrera estuvo plagada de excesos y situaciones conflictivas. Contrajo matrimonio hasta en cuatro ocasiones protagonizando una pareja que enamoraría a toda Francia cuando contrajo matrimonio con la también cantante Sylvie Vartan que ya pasó hace unas semanas por esta sección. Aquello acabó como el rosario de la aurora. Tuvo algunos problemas con el fisco de su país ya que traslado su domicilio fiscal primero a Suiza y luego a los Estados Unidos y sus declaraciones a la prensa en algunas ocasiones levantaron grandes ampollas.

De lo que no cabe ninguna duda es de que en su país era considerado como prácticamente un Dios. En el año 2009 se le diagnosticó un cáncer de colon que estuvo cerca de acabar con su vida y en el año 2017 sería un cáncer de pulmón el que terminaría definitivamente con él. Su muerte conmocionaría a toda Francia y su funeral tuvo el tratamiento de casi «funeral de estado», con el público invadiendo las calles para ver pasar su féretro siendo todo retransmitido en directo por la televisión francesa, batiendo todos los records habidos y por haber en cuanto a audiencia.

Hasta aquí llega este pequeño pero merecido tributo que hemos rendido a la figura de Johnny Hallyday, con el que vuelve a demostrarse que en Francia saben tratar debidamente a sus grandes figuras de la música. Envidia que dan en este aspecto.

 

LISTA DE LOS AÑOS 60

Iniciamos ya el habitual repaso a las listas graminoleñas de otros tiempos y nos situamos en el 16 de diciembre de 1968 para disfrutar de la única novedad en forma de nueva entrada que presentaba la que estrenábamos ese mismo día. Un tema que venía de la mano de un grupo con una historia un tanto peculiar.

The Tremeloes fue un grupo londinense que durante gran parte de la década de los 60 fue obteniendo bastante éxito con algunas de sus canciones pero que romperían justo en el momento más inesperado. Se formaron como una especie de acompañamiento de un joven y prometedor cantante llamado Brian Poole, de hecho en sus primeros tiempos se hacían llamar Brian Poole & The Tremeloes, época en la que sus éxitos serían menores. Curiosamente, cuando Poole abandonó el grupo y éste redujo su nombre sería cuando llegaría para ellos una considerable colección de grandes éxitos.

Pero la situación más curiosa de su carrera se produjo precisamente en el momento de su formación y lograr su primer contrato con una discográfica. El sello en el que acabarían buscaba un grupo que irrumpiera en el panorama musical británico del año 1962 y les hizo una prueba junto a otra banda formada por cuatro jóvenes procedentes de Liverpool. Finalmente el contrato caería del lado de The Tremeloes por el único motivo de que ellos eran de la capital británica mientras que sus «rivales» no. Pues sí, como muchos estaréis pensando la otra banda eran nada más y nada menos que The Beatles.

Durante su carrera irían dejando una serie de éxitos vinculados al pop más sencillo y reconocible de la época como este «My Little Lady» con el que entrarían en nuestra lista favorita aquel 16 de diciembre de 1968, permaneciendo con nosotros durante 31 semanas para alcanzar el top 8.

 

LISTA DE LOS AÑOS 70

Damos un paso de diez años en nuestro camino y nos situamos a continuación en el 16 de diciembre de 1978, momento en el que estrenábamos nueva lista graminoleña que no contaba con ninguna nueva entrada pero sí con una novedad más que destacable ya que se producía el relevo en el número uno. Tras siete semanas,  Rocío Dúrcal con su famoso «Fue Tan Poco Tu Cariño» le cedía el testigo a Boney M que pasarían a ocupar el número 1 durante 5 semanas gracias a su «Rivers of Babylon».

Sobre esta canción simplemente os refrescaré un poco la memoria. Se trata de una versión de un tema original del grupo The Melodians que aunque mucha gente no lo sepa tiene unos marcados tintes religiosos y espirituales, ya que está basada en un salmo de la Biblia que habla del exilio del pueblo judío tras la invasión babilonia de Jerusalén. Esta canción se transformó de la mano de The Melodians en una especie de himno rastafari utilizado en la mayoría de sus ceremonias religiosas, y debidamente versionada por Boney M se convertiría en una de las canciones más representativas de la década de los 70.

No he podido resistir la tentación de ofreceros una aportación de mi cosecha habida cuenta de que aquella semana no se producía ninguna nueva entrada en la lista, así que os voy a regalar un tema que triunfó a lo grande en el año 1978 aunque inexplicablemente no entró a formar parte de nuestra lista. Se trata de uno de los temas más representativos de la carrera de uno de mis grupos favoritos de siempre como son los norteamericanos Blondie.

Este grupo se convirtió en uno de los grandes abanderados de la new wave y contaría en sus filas con Chris Stein, Gary Valentine, Clem Burke, Jimmy Destri y Frank Ifante además, por supuesto, de la inimitable Debbie Harry, una joven y atractiva mujer que dio sus primeros pasos como conejita de la revista Playboy para terminar convirtiéndose en uno de los grandes iconos musicales de finales de los 70 y principios de los 80.

En el año 1978 salía al mercado el que está considerado como el mejor trabajo de toda su carrera, un álbum titulado «Parallel Lines» del que se extraerían hasta seis sencillos, a cada cual de mayor éxito, entre los que se incluía el tema que os ofrezco a continuación.

Se trata de una canción que Debbie escribiría sobre una vivencia personal. Años atrás puso fin a una relación amorosa bastante tormentosa con uno de sus novios que no aceptó demasiado bien que ésta se rompiera, por lo que acosaría telefónicamente y de manera repetida a su antigua novia hasta el punto de que ésta decidió marcharse a vivir a otro lugar y desconectar de él definitivamente.

La canción en cuestión es «One Way or Another» con la que Debbie nos cuenta sus momento más delicados acompañados de un ritmo rápido y atrayente. El new wave empezaba a avanzar a pasos agigantados.

 

EL ÁLBUM DE LA SEMANA

Llega ya el momento que podíamos considerar estelar de cada semana, el de disfrutar de las canciones que nos trae el álbum que protagoniza el póster central de «La Graminola» que, además, esta semana nos vuelve a deleitar con un buen puñado de grandes clásicos de la historia del rock que se incluyeron en ese espectacular recopilatorio titulado «Esta Noche Cruzamos el Mississippi». La semana pasada nos encargamos de darle placer a nuestro paladar musical con los temas que se incluían en el primero de los discos que lo componen y hoy vamos a hacer lo propio con los incluidos en el segundo. Si lo de la semana pasada fue bueno, lo de esta es … Bueno mejor lo escucháis y opináis vosotros mismos.

 

ESTA NOCHE CRUZAMOS EL MISSISSIPPI – DISCO 2

 

THE KINKS / YOU REALLY GOT ME

La canción que abre el segundo disco de este espectacular recopilatorio ya pasó por la sección de «Los Pioneros» hace muy pocas semanas con motivo del pequeño homenaje que le rendimos a esa estratosférica banda que fueron «The Kinks», así que ahora procede recordar un poco la historia que rodeó a esta monumental composición que tiene su aquél.

A o largo de la historia de la música han sido muchos los casos de grandes bandas que terminan triturándose de algún modo a sí mismas por las tormentosas relaciones entre sus miembros, no es nada nuevo. Sin embargo, llama poderosamente la atención que en algunas ocasiones esas tensiones, esos enfrentamientos que llegan casi a la enemistad se producen entre hermanos. Pues bien, eso es lo que les sucedería a los hermanos Ray y Dave Davies, líderes absolutos a la par que enfrentados de ese pedazo de grupo que fueron The Kinks y que junto a Peter Quaife y Mick Avory, quienes asistían atónitos a la relación de odio que ambos hermanos mantenían, se convirtieron en 1963 en una de las bandas más importantes de la historia del rock.

De lo que no cabe ninguna duda es de que nos encontramos ante un grupo descomunal que irrumpió desde Londres con una inusitada intensidad para poner patas arriba el panorama musical de aquella época como sucedería en el año 1964, momento en el que les llegaría su primer momento de gloria con un tremendo éxito gracias a una canción que ha pasado a los anales de la historia de la música como el verdadero antecedente del heavy metal. Lo más curioso del caso es que la manera en la que Ray Davies escribió esta composición dista mucho de lo que marcan los cánones del territorio heavy.

Tras la publicación de un par de sencillos con los que no habían logrado el interés del público, su sello discográfico empezó a ponerse nervioso. Habían apostado muy fuerte por ellos pero  los resultados no estaban siendo los esperados. La presión que empezaron a sufrir los hermanos Davies era bastante grande, dándose cuenta de que las cosas no eran tan fáciles como se habían imaginado y que iban a tener que crear cuanto antes una buena canción para que su proyecto no se fuera al garete casi antes de empezar.

Así las cosas, Ray se pondría manos a la obra. Tenía una melodía en la cabeza desde hacía tiempo pero no acababa de encontrar la manera de plasmarla en una buena canción. Su talento como compositor era más que evidente, pero lo cierto es que su hermano Dave era el que llevaba el mando a la hora de tocar la guitarra ya que a él le costaba mucho trabajo cantar y tocar al mismo tiempo. Con el piano se manejaba mejor por lo que decidió en un primer momento que sus teclas fueran las que marcaran el ritmo y por fin dio cuerpo a una canción con un sonido bastante cercano al blues que pensaba podía ser la que les lanzara por fin a la cima. No se equivocaba, aunque con algunos matices.

Cuando llegó el momento de grabarla, Dave se dio cuenta de que si él se hacía cargo del ritmo principal con su guitarra la cosa podía cambiar a mejor y finalmente ésa sería la decisión que tomarían. De esta manera nos ofrecerían una descomunal canción con un riff de guitarra que se ha convertido en historia pura del rock & roll. Un tema espectacular y básico para entender el rock y sembrar las primeras semillas del heavy como es este majestuoso “You Really Got Me”.

El riff de guitarra con ese peculiar sonido distorsionado es uno de los momentos más grandes de la historia del rock y que todos los amantes de la música identificamos al instante. Dave lo obtendría gracias a que se le ocurrió la idea de colocar en su amplificador una hoja de afeitar y unos alfileres, consiguiendo un efecto innovador y espectacular.

 

FACES / STAY WITH ME

No abandonamos el ritmo contundente y guitarrero con la segunda canción del recopilatorio del que estamos disfrutando en el día de hoy. En esta ocasión nos la ofrece una banda espectacular formada por varios músicos de un carisma muy especial y que posiblemente para los más jóvenes sean unos perfectos desconocidos, aunque algunos de sus componentes son parte esencial para entender el mundo del rock. Ellos son los que yo calificaría de míticos Faces.

El grupo se formó por una serie de circunstancias acaecidas a otras bandas que desembocarían en el nacimiento de un grupo excepcional. Small Faces era un grupo formado por Ian McLagan, Ronnie Lane, Kenney Jones y Steve Marriott que estuvo cerca de desaparecer cuando este último abandonó a sus compañeros para iniciar un nuevo proyecto denominado Humble Pie.

Por otra parte, otra banda de las que hay que estudiar a fondo como era The Jeff Beck Group vivía una situación similar cuando este espectacular músico tomó la decisión de iniciar su carrera en solitario. Dos de los que habían sido sus compañeros de fatiga quedarían por así decirlo libres en ese instante y terminarían por unir sus fuerzas a los tres «huérfanos» de Small Faces para juntos crear una banda que superaría con creces el nivel de los dos grupos del que procedían sus miembros.

Los dos miembros procedentes del grupo de Beck eran nada más y nada menos que Ronnie Wood, quien poco después se asentaría definitivamente para formar parte de uno de los grupos más importantes de la historia del rock como son The Rolling Stones, y el inimitable Rod Stewart que con su ronca, casi dolorosa voz, lograría cautivar a los aficionados de este estilo musical de aquella época.

Para diferenciar de algún modo la nueva etapa acortarían su nombre reduciéndolo simplemente a Faces y durante algún tiempo nos ofrecerían muy buena música en la que la guitarra de Wood y la voz de Stewart brillarían por encima de la labor de la de sus compañeros de fatigas.

Uno de los momentos más recordados y culminantes de su trayectoria llegaría en el año 1971 con la publicación de una canción compuesta a medias por los dos exacompañantes de Beck que llevaría el título de «Stay With Me» que muestra ese añejo sabor a rock del de siempre y que a mí particularmente me encanta.

 

THE SPENCER DAVIS GROUP / GIMME SOME LOVIN’

A lo largo de la historia de la música se ha producido en muchas ocasiones el hecho de que un grupo creado por un artista en concreto como su propio proyecto al que incluso termina por darle su nombre termina siendo reconocido por la labor de otro de sus componentes llegando a eclipsar claramente la labor del fundador. Incluso en algunas ocasiones, con el paso del tiempo, pocos reconocen el nombre del promotor y sin embargo se saben la vida y milagros de este otro miembro que poco más o menos que se aprovecharía de su talento para acaparar casi en exclusiva todo el protagonismo. El grupo que viene a continuación es un claro ejemplo.

Se trata de The Spencer Davis Group, una banda creada por el propio Davis junto a Peter York, Muff Winwood y el hermano pequeño de este último que iba a convertirse finalmente en el verdadero líder de la banda. Sí, efectivamente este cuarto miembro no es otro que Steve Winwood, que como veremos en breve tiene doble protagonismo en el recopilatorio que estamos desmenuzando en el día de hoy.

La voz de Steve era inigualable y la ideal para adentrarse en el terreno del soul, por lo que este sería el camino que tomaría el grupo. En el año 1966 ya se habían convertido en una de las grandes bandas británicas de aquella época en la que todo iba muy deprisa hasta el punto de que las discográficas apretaban continuamente a sus artistas cuando lograban el éxito para publicar de inmediato nuevas canciones con las que seguir aprovechando el tirón. La presión era enorme.

Esa velocidad exigida por su discográfica les llevaría a una situación un tanto delicada aquel año ya que tenían que crear en tiempo récord una canción que se convirtiera de inmediato en un número 1. El talento compositor de Steve era tan grande que en tan sólo seis horas fue capaz de crear una descomunal canción que iba a convertirse en santo y seña del grupo y en uno de los clásicos de la historia del rock más espectaculares que podamos encontrarnos.

Se trata de «Gimme Some Lovin'», una impresionante canción con un ritmo trepidante en la que los cuatro miembros del grupo lucen en todo su esplendor y en la que su vocalista deja bien a las claras que su voz, su manera de interpretar su música, es un auténtico regalo que está a la altura de muy pocos elegidos.

Además de poseer una inigualable voz, Steve era un virtuoso de los teclados y durante su andadura con The Spencer Davis Group ofrecería un sonido inconfundible gracias a su labor con uno de los instrumentos más populares de aquella época como fue el famoso órgano Hammond.

 

TRAFFIC / FEELING ALRIGHT

Tras la disolución de The Spencer Davis Group, Winwood formaría una nueva banda que tendría incluso más trascendencia y en la que se movería todavía con mayor comodidad, aunque su recorrido estuvo repleto de problemas en gran medida motivados nuevamente por las continuas luchas de egos de los miembros de ese nuevo proyecto.

Este nuevo grupo no es otro que Traffic, una de las bandas más originales y especiales de la década de los 70 que se movería en los terrenos de la psicodelia, el folk y el jazz y en la que Winwood contaría con la colaboración de Dave Mason, Chris Wood y ese excepcional músico que es Jim Capaldi.

En esta ocasión el duelo por liderar el grupo se produciría con Mason quien quería que la banda se moviera en un sonido más folk, mientras que Winwood era partidario de seguir innovando y reinventándose apoyándose en su espléndida voz y en el sonido que era capaz de sacarle a sus teclados. Como sucediera con su anterior proyecto, Winwood saldría victorioso y en esta ocasión su contrincante  terminaría saliendo del grupo.

El tema de esta excepcional banda que se incluye en el recopilatorio es «Feelin’ Alright?», una de las canciones compuestas por Mason que se mueve en ese terreno más folk de los principios de su carrera. Una maravillosa canción que cuida un estilo que Traffic iría abandonando paulatinamente.

Con la salida de Mason de la banda, los altibajos que ofrecerían sus tres compañeros serían continuos con repetidas separaciones y reunificaciones hasta que en el año 1974 se disolverían definitivamente con Winwood creando un nuevo grupo denominado Blind Faith e iniciando apenas un año después su carrera en solitario con la que se mostraría en toda su esencia.

 

BUFFALO SPRINGFIELD / FOR WHAT IT’S WORTH

Nos situamos ahora en el año 1966 para degustar el siguiente tema que aparece en este espectacular recopilatorio. Nos llega de la mano de una magnífica banda que tendría únicamente dos años de recorrido por causa de los continuos desmanes relacionados con las drogas que protagonizarían sus miembros, aunque no hay mal que por bien no venga ya que una vez disuelta daría lugar a un mítico cuarteto de la historia de la música como descubriréis a continuación.

El grupo en cuestión se hacía llamar Buffalo Springfield y los responsables de su creación no fueron otros que Neil Young y Stephen Stills, quienes poco tiempo después darían cuerpo a los míticos Crosby, Stills, Nash & Young. En este primer proyecto contarían con la ayuda de Bruce Palmer, Rick James y Dewey Martin, encontrándose entre alguno de los componentes que fueron pasando por el grupo el señor Jim Messina que tras la disolución del grupo formaría dúo con Kenny Loggins. Como podemos ver se trata de una banda impresionante en cuanto al talento de sus componentes a la hora de crear música. En cuanto a lo de tener la cabeza bien amueblada la cosa cambia profundamente.

Su gran momento llegaría de manera inmediata. Nada más formarse el grupo publicarían un sencillo que iba a convertirse en una especie de himno pacifista que quedaría para la historia. Una canción que estaría inspirada en los disturbios acaecidos ese mismo año tras ser decretado el toque de queda en Sunset Strip. Con el paso del tiempo esta composición de Stills sería utilizada para diversas causas pacifistas, quedando muy vinculada al fenómeno hippie que estaba empezando a aparecer.

Esta canción llevaría el título de “For What It’s Worth” y muestra bien a las claras cuales son las aguas en las que el grupo se movería, un estilo en el que se fusionaban el folk y el country de manera magistral.

Como os comentaba antes, los continuos escándalos protagonizados por sus miembros relacionados con el consumo de drogas irían degradando la convivencia y tan sólo dos años después finalizarían su andadura, dejándonos sin embargo un legado excepcional y sembrando la semilla de las distintas formaciones que irían creando sus miembros en sus siguientes proyectos.

 

THE ZOMBIES / THE TEAM OF THE SEASON

A continuación llega una de mis canciones preferidas de este magnífico disco que estamos saboreando en el día de hoy. Una canción con una curiosa historia ya que de alguna manera podría decirse que obtuvo el éxito y el reconocimiento merecido a título póstumo. Tranquilos, no se trata de ninguna tragedia es simplemente una metáfora que encaja perfectamente en lo sucedido. Me explico.

Sus protagonistas son el grupo The Zombies, una banda que llevaba en la carretera desde el año 1961 pero que no sería hasta ocho años después cuando obtendría el éxito más rotundo. Su recorrido estuvo repleto de altibajos, a pesar de haber creado canciones bastante buenas, y en su Inglaterra natal sí que adquirieron cierta popularidad, pero el mercado norteamericano siempre se mostró reacio con su música.

Llevaban unos cuantos años sin lograr el éxito que buscaban y la desesperación estaba empezando a invadirles. En el año 1968 publicaban un nuevo álbum titulado “Odessey and Oracle” en el que se incluía el tema con el que iban a pasar a la historia de la música, aunque ellos no lo supieran. Vamos, ni ellos ni nadie, porque en un primer momento pasaría desapercibida como tantas otras canciones de su carrera.

Este nuevo fracaso comercial les empujaría a tirar la toalla, por lo que decidirían disolver el grupo en busca de nuevos proyectos. Sin embargo, apenas unos meses después sucedería algo imprevisto. En el año 1969 tendría lugar el denominado “Verano del Amor”, auténtico pistoletazo de salida del movimiento hippie. Por la dulzura de la melodía de esta canción y por su letra, los jóvenes norteamericanos que predicaban la paz y el amor la acogerían como uno de sus himnos convirtiéndola desde ese mismo instante en un clásico de la historia de la música moderna.

Esta canción no es otra que “The Team of the Season”, considerada además como el puente ideal del paso de la década de los 60 al de las 90 y con la que obtendrían una vez separados el éxito que tantas y tantas veces se les había negado mientras permanecieron en activo.

Nos encontramos pues ante otro de esos casos en los que la injusticia se ha cebado con el talento de una banda. La manera de cantar de su vocalista, Colin Blunstone, irradiaba sensibilidad y dulzura por los cuatro costados, por lo que no es de extrañar que años después se convirtiera en uno de los habituales colaboradores de The Alan Parsons Project.

 

TONY JOE WHITE / POLK SALAD ANNIE

Vamos ahora con una de las canciones más peculiares del disco y yo me atrevería a manifestar más desconocidas, por lo menos en lo que a mí se refiere. Cuando me hice con este recopliatorio y vi el título y el intérprete de este tema puse una cara de veradera sorpresa ya que jamás había oído hablar de ellos, algo que se acrecentaría más al escucharlo ya que no me sonaba de nada. Sin embargo, su autor era un prestigioso compositor que gracias a esta canción se convirtió como en una especie de artista de culto.

Estoy hablando de Tony Joe White, que si bien como cantante propiamente dicho no logró unos éxitos demasiado relevantes, a excepción de la canción que se incluye en este recopilatorio, sí que logró labrarse un merecido prestigio a lo largo de su trayectoria componiendo grandes canciones para otros artistas entre los que se encuentran, por ejemplo, Elvis Presley o Tina Turner. Comercialmente hablando no se hizo rico, pero talento tenía para dar y tomar.

White siempre se movería en los terrenos del folk y la música tradicional americana y como buen sureño que era, su música irradiaba todos los tópicos habituales de este estilo, por lo que no es de extrañar que la única canción con la que lograra un considerable éxito cantada por él mismo sonara como lo hacía. Apoyado en una voz bastante peculiar y que yo no me atrevería a definir, lograría triunfar a lo grande en el año 1969 con este “Polk Salad Annie”.

 

CANNED HEAT / ON THE ROAD AGAIN

Todas y cada una de las canciones que aparecen en este doble álbum recopilatorio tienen una característica común como es la de ser míticas dentro de la historia de la música. La que llega a continuación no es una excepción y nos la ofrece otra de las bandas más grandes que hayan existido en las décadas de los 60 y los 70. Se trata de los excepcionales Canned Heat.

Se trata de una banda que basaba todo su potencial en sus increíbles actuaciones en directo. Su manera de desenvolverse sobre el escenario era única y los eternos solos que ofrecían en sus conciertos se hicieron muy populares, hasta el punto de que se convirtieron en una de las bandas más seguidas en vivo por el público norteamericano.

Su manera de interpretar y entender el blues les harían ganar muchos adeptos. Su sonido de blues tradicional retocado con aires psicodélicos para lo que no dudaban en utilizar cualquier tipo de instrumentos se convertiría en único y en el año 1970 serían uno de los grandes triunfadores del mítico Festival de Woodstock.

Si hay una canción que representa en toda su esencia a este grupo ésa es la que se incluye en el recopilatorio. Se trata de una canción que mezcla psicodelia y blues a partes iguales y que combina a la perfección el sonido de un instrumento similar al sitar llamado “tambura” con la inconfudible voz en falsete de Alan Wilson. No exagero lo más mínimo si afirmo que “On the Road Again” es una de las canciones más grandes que jamás se hayan creado.

 

JOHN LEE HOOKER / BOOM BOOM

Sé que estoy diciento tantas veces que lo que viene a continuación es muy grande y cosas similares que posiblemente haya perdido todo su significado pero es que es la realidad. Así que simplemente os anuncio que la siguiente canción es obra de otro de los más grandes.

No abandonamos el terreno del blues y si de este estilo hablamos es invevitable poner encima de la mesa el nombre de John Lee Hooker, un descomunal artista capaz de sacar música de cualquier cosa, incluso de una conversación, siendo el inventor por así decirlo de lo que se denominó “blues parlante”, es decir, tocar la guitarra y hablar en lugar de cantar con unos resultados no menos espectaculares.

Educado en una familia bastante modesta y muy religiosa, Hooker nunca ocultó que no se encotraba cómodo en su casa por lo que cuando tan sólo contaba con catorce años de edad decidió marcharse y nunca más vería a su madre ni a su padrastro. Eso es lo que se llama hacer borrón y cuenta nueva.

En un primer momento intepretaría su música apoyado únicamente en su guitarra y realizando versiones de grandes clásicos del blues, pero poco a poco fue soltándose en su faceta compositora haciéndose acompañar por más músicos, ofreciéndonos grandísimos momentos como la canción obra de su talento que se incluye en el recopilatorio.

Se trata de “Boom Boom” que nos muestra bien a las claras la intensidad con la que Hooker era capaz de tocar un buen blues apoyado en esa voz ronca tan característica. Genuino sabor americano. Os dejo la espectacular versión que nos ofreción en la película «Granujas a Todo Ritmo».

Ni que decir tiene lo que supone la figura de John Lee Hooker para la historia del blues y de que manera inspiraría a tantos y tantos artistas que nos ofrecerían después sus propias creaciones. Lo dicho, grande entre los grandes.

 

IRON BUTTERFLY / IN A GADDA DA VIDA

Poco a poco nos vamos acercando al final de este magnífico disco, que pena que da, pero todavía nos quedan tres momentos verdaderamente grandes. El que viene a continuación es excepcional ya que se trata de una canción a la que cualquier calificativo que le demos se nos va a quedar siempre muy corto. Música en estado puro, espectáculo en estado puro, una auténtica obra maestra.

Volvemos a sumergirnos en el rock psicodélico y si hay una banda que fue capaz de manejarse como nadie en ese terreno esos fueron Iron Butterfly que de alguna manera sentaron algunas bases de lo que iba a desencadenarse en muy poco tiempo cuando en el año 1968 publicaron su primer disco bajo el título de «Heavy». Está claro, sabían lo que estaban haciendo y lo que iba a venir después.

Su trayectoria sería bastante corta ya que se separarían en el año 1971, pero les daría tiempo a dejarnos esa obra maestra de la historia de la música que ahora vamos a disfrutar. Se trata de “In-A-Gadda-Da-Vida”, un tema que dura nada más y nada menos que diecisiete minutos y que únicamente contiene una parte vocal al principio y otra al final, componiéndose de un espectacular cuerpo principal instrumental de esos que interpretados en vivo pone los pelos de punta.

Muchos os preguntaréis por lo rebuscado del título de esta canción, pero todo tiene una explicación. El batería Ron Bushy estaba escuchando la grabación que de ella habían realizado en el estudio con unos auriculares y preguntó cual iba a ser el título de la canción a lo que le contestaron que iba a ser «In The Garden of Eden». Él escuchó la contestación con un sonido distorsionado entendiendo esa rarísima expresión que finalmente sería el título elegido. Título raro o no de lo que no cabe ninguna duda es de que estamos ante una auténtica joya.

Como hemos estado comprobando, en aquella época el mundo de la música estaba repleto de incidentes y problemas entre los miembros de las distintas bandas. Lo de Iron Butterfly es bastante llamativo cuanto menos. Eran uno de los grupos invitados al mítico festival de “Woodstock” pero no llegarían a actuar en él porque en el aeropuerto, al ir a coger el avión que les llevaría allí, mantendrían una tremenda discusión, llegando incluso a aparecer puñetazos y patadas perdiendo su vuelo. Aunque los organizadores intentaron poner a su disposición un helicóptero para que viajaran de inmediato finalmente no sería de la partida por lo que el festival se quedó sin uno de sus grandes platos principales.

 

JETHRO TULL / THICK AS A BRICK

Solamente nos quedan dos canciones para finalizar el repaso al álbum de esta semana y la penúltima de ellas nos la trae otro de esos grupos fundamentales dentro de la historia del rock como son Jethro Tull. Si hablamos de rock sinfónico y discos conceptuales, esta banda es sin duda alguna la elegida para hacer las labores de abanderada.

La mayoría de las bandas vinculadas al mundo del rock han tenido un líder bastante evidente de entre sus miembros, pero en muy pocas ocasiones el liderazgo ha sido tan grande y la diferencia entre el auténtico jefe y sus compañeros de viaje tan notable. La figura del cantante y flautista Ian Anderson es tan gigante que en muchas ocasiones se termina confundiendo con el grupo en sí.

Su talento era tan grande que él era el que componía la música y escribía las letras de prácticamente dodas las canciones del grupo. Su momento culminante llegaría en el año 1972 con la publicación del que está considerado como el mejor trabajo de toda su carrera y auténtica piedra angular del rock sinfónico que tantos adeptos se ganaría en la década de los 70.

Se trata de «Thick as a Brick», un álbum cuyo título viene a decir algo así como «cabeza dura» y en el que el rock sinfónico, el folk e incluso la música medieval se combinan para ofrecernos una música de esa que hay que escuchar con los ojos cerrados. El disco está compuesto solamente por dos canciones que superan con creces los 20 minutos de duración, pero en el recopilatorio se incluye una adaptación más corta en la que se aprecian todos los encantos que Anderson y los suyos sabían ofrecer.

Este disco fue creado por Anderson para tomarse una especie de venganza. La crítica especializada calificó el anterior álbum de la banda, «Aqualung», como un disco conceptual, algo que a ellos les irritaba profundamente porque no lo crearon con ese propósito. De esta manera, «Thick As a Brick» sí tiene este carácter y está repleto de giros llenos de ironía con los que pasa factura a los que creen saber mucho de música, a esos que son gruesos como un ladrillo.

 

THE MAMAS & THE PAPAS / CALIFORNIA DREAMIN’

Llega ya el momento de cerrar este espléndido recopilatorio y como no podía ser de otra manera, la última de las canciones que lo integran es uno de esos temas que pueden considerarse como una especie de himno de la época en la que se mueven todas ellas. Un epílogo de lujo con una canción espectacular y que todos conocemos a la perfección.

Entre las canciones que se incluyen en el recopilatorio hemos podido comprobar como muchas de ellas se convirtieron en auténticas señas de identidad del movimiento hippie. Pues bien, el tema que lo cierra reincide en esta circunstancia y llega de la mano de un cuarteto norteamericano que abrazó este movimiento para convertirse prácticamente en su grupo de referencia. Estoy hablando de The Mamas & The Papas.

Durante sus primeros años de carrera estarían vinculados a la música folk, pero sería a partir de 1965 cuando darían un giro de 180 grados para convertirse en uno de los grupos más aclamados por la crítica y queridos por el público. El año 1965 sería fundamental para ellos con la publicación de un sencillo que les llevaría a lo más alto del panorama musical internacional.

El grupo estaba formado por John Phillips, Cass Elliot, Denny Doherty y Michelle Phillips, formando dos parejas sentimentales al más puro estilo ABBA, cuyas relaciones se apartaban mucho de la imagen angelical que mostraban de cara al público. De hecho, las infidelidades que mostraron con los demás miembros del grupo daría al traste con sus matrimonios y, por consiguiente, con su continuidad.

Ese año 1965 sacaron al mercado como sencillo “Monday, Monday”, con el que lograron un grandísimo éxito, mostrando su magnífica coordinación y compenetración vocal, pero el disco venía con una maravillosa sorpresa en la cara B en la que se incluía la canción que terminaría por convertirse en la más representativa de su carrera y en un auténtico himno para el movimiento hippie.

Se trata de “California Dreamin’”, un tema compuesto por John y Michelle Phillips mientras vivían en Nueva York, añorando las playas y el sol que siempre ofrece la región de California. Un magnífico broche de oro para un extraordinario disco.

Hasta aquí llega el recorrido que hemos realizado de la grandísima música que se realizó entre finales de los 60 y principios de los 70 gracias a bandas tan descomunales como las que han pasado por nuestro póster central en las dos últimas semanas, gracias a ese disco tan recomendable como es el recopilatorio “Esta Noche Cruzamos el Mississippi”, imprescindible para entender la evolución de la música que tuvo lugar en aquel periodo.

 

LISTA DE LOS AÑOS 80

Retomamos el recorrido que realizamos por las listas graminoleñas de otros tiempos y nos situamos a continuación en el 18 de diciembre de 1988 para degustar la única nueva entrada que se producía aquel día, una canción espectacular obra de un grupo de procedencia Sudafricana que esconde una historia que a mí me parece fascinante.

En aquella época había una especial sensibilización contra el apartheid que estaba sufriendo la población negra de Sudáfrica y, sobre todo, a favor de la figura de Nelson Mandela, por lo que el mundo de la música se volcó de alguna manera con esta situación, siendo muchos los artistas que alzaron sus voces con sus canciones protestando por la situación que allí se vivía.

Ni que decir tiene que muchos de los grupos y artistas que se identificaron con este movimiento procedían de África y algunos de ellos de la propia Sudáfrica, como sucede con la banda que protagonizaba la única entrada que registraba la lista graminoleña que se estrenaba aquel 18 de diciembre de 1988. Un grupo que tuvo que sufrir en sus propias carnes durante algún tiempo los desmanes que el gobierno sudafricano cometía contra los ciudadanos de color de su propio país.

Esta banda respondía al nombre de Savuca, aunque también era conocida como Johnny Clegg & Savuka habida cuenta del carisma que poseía su vocalista principal, el único componente no sudafricano ya que a pesar de haberse trasladado a África cuando era muy pequeño su nacionalidad era británica. Antes de dar cuerpo a este proyecto, algunos de sus miembros formaron parte de un grupo llamado Juluka que tocaba su música por las calles y que tuvo que sufrir la represión racial como os cuento a continuación.

Este grupo estaba formado por blancos y negros y en aquel momento el gobierno sudafricano no permitía que se hiciera música de manera pública por parte de bandas que estuvieran formadas por miembros de ambas razas. Así, como lo oís. Harto de sufrir esta persecución, Clegg daría cuerpo a un proyecto más ambicioso con el que publicaría varios discos, siendo el de mayor éxito el que apareció en el mercado aquel año 1988 bajo el título de “Third World Child”.

Dentro de este disco se incluía una canción con la que se consagrarían definitivamente a nivel internacional. Un tema titulado “Asimbonanga” con el que rendían tributo a Nelson Mandela, Biko y otros dirigentes de color encarcelados por el simple hecho de ser negros. Una canción con la que cosecharon un tremendo éxito y con la que permanecerían en nuestra lista durante 17 semanas para alcanzar el top 23.

Esta canción está interpretada en inglés pero incluye también partes en zulú, idioma que Clegg dominaba a la perfección.

 

LISTA DE LOS AÑOS 90

Nos situamos ya en la década de los 90, concretamente en el 20 de diciembre de 1998. Aquel día se producía una única nueva entrada en nuestra lista de la mano de uno de nuestros artistas más importantes que en aquel momento iniciaba su andadura en solitario, protagonizando con su primer álbum en tal situación uno de los momentos estelares de la música nacional de aquel año.

Estoy hablando de Manolo García que tras poner fin a su andadura en El Último de la Fila debutaba en solitario con “Arena en los Bolsillos”, un álbum repleto de grandes canciones con el que iba a conseguir algo que nadie había logrado hasta ese momento en nuestro país, superar incluso su reconocimiento y ventas como solista a los logrados mientras estuvo acompañado de Quimi Portet.

Una de las canciones más exitosas de este disco es precisamente la que colocaba en nuestra lista aquel día. Un tema que muestra en esencia lo que es el señor García para nuestra música, letras cuidadas, sensibilidad y ese aire mediterráneo que le sabe dar a su manera de componer e interpretar. Con “Zapatero” nos acompañaría durante 35 semanas para lograr el puesto 9 como mejor registro.

 

LISTA DEL NUEVO MILENIO

Avanzamos en el tiempo los diez años de rigor y nos situamos en la lista que estrenábamos el 14 de diciembre de 2008, finalizando el repaso de esta semana. Lo haremos con cambio en el número 1 y una nueva entrada, ambas con sabor patrio ya que nos llegan de la mano de dos solistas españoles. Empecemos con el relevo en lo más alto de la lista.

Tras 14 semanas en lo más alto de la lista, Duffy y su “Mercy” daba paso a Melendi que lograba el que es hasta el momento su único número uno graminoleño con una canción en la que empezaba a apuntar el cambio que iba a experimentar en breve en cuanto a estilo musica se refierel, como ya os he comentado en otras ocasiones en las que el asturiano ha pasado por estas páginas.

Se trata de “Un Violinista en tu Tejado”, un tema calmado en el que mantiene esos pequeños matices rumberos que tanto le caracterizaron en los comienzos de su carrera y con el que se mantendría en el número 1 durante 8 semanas.

Rematamos ya la faena y nos centramos en la única entrada que se producía en nuestra lista aquel 14 de diciembre de 2008. Nos la trae un cantante y compositor español poseedor de un talento más que evidente pero que comercialmente hablando nunca ha logrado unos números reseñables. Una de esas injusticias que se producen en el mundo de la música día tras día. Gente como Cooper ofrecen grandes composiciones y no venden ni la décima parte que cualquier niñato vinculado al reggaetón que dentro de cuatro o cinco años será olvidado totalmente. Una pena.

Detrás de este proyecto se esconde la figura de Alejandro Díez, quien fuera hasta el año 1998 líder indiscutible y vocalista de uno de los grupos más originales del pop español de los 90 como fueron Los Flechazos. Su música “mod” por los cuatro costados me parece que estaba muy por encima de sus resultados comerciales, al igual que sucede con la carrera de Alejandro con su proyecto Cooper.

Sus dos años más importantes fueron sin lugar a dudas 2007 y 2008, momento en el que logró los mejores resultados de ventas y popularidad. Centrémonos en este último año en el que publicaba un álbum titulado “Lemon Pop” en el que se incluía la canción que colocaba en nuestra lista aquella semana.

Dentro de este disco se incluía una versión de una canción del grupo Myracle Brah titulada “Getting Over Delusion” que debidamente adaptada por Cooper recibiría el título de “El Círculo Polar”, un tema lleno de sensibilidad y calidad que nos acompañaría durante 18 semanas para alcanzar el top 21.

Es una lástima que artistas tan curtidos y con tanto talento como Alejandro pasen desapercibidos para el público en general, pero mientras ellos tengan ganas de seguir resistiendo a base de hacer buena música no todo está perdido.

 

TAMBIÉN ES MÚSICA

Hoy podríamos decir que estamos casi de despedida. La sección de “También es Musica” nos va a decir hasta luego próximamente. Ha sido un año repleto de disparates y momentos verdaderamente incalificables con los que hemos querido demostrar que la música es tan grande que incluso cuando se aparta de lo que debe ser consigue hacerse popular. Esta semana cerramos la sección propiamente dicha y las dos próximas las dedicaremos a música navideña, tras lo que será sustituida por otra sección bastante más seria de la que ya os hablaré en su momento.

Así pues, vamos con las tres últimas canciones un tanto “distintas” de “La Graminola”, aunque ya os advierto que seguirán pasando por aquí algunas de corte similar porque a lo largo de la historia de nuestras listas son muchos los casos en los que algunos de estos disparates han logrado colarse en ellas, en ocasiones con unos resultados que ya quisieran muchos para ellos. Echémonos entonces las últimas tres risas graminoleñas.

 

JUAN ANTONIO CANTA / DANZA DE LOS 40 LIMONES

Para empezar vamos con una canción que trae tras de sí una parte cómica y una trágica ya que el final que tendría su protagonista apenas unos meses después de alcanzar un inesperado y casi inexplicable éxito de la mano de Pepe Navarro y su programa Esta Noche Cruzamos el Mississippi sería troz. Como veremos a continuación no todo lo que rodeaba a este programa en el aspecto musical eran joyas como las que nos ha ofrecido el recopilatorio que ha protagonizado el póster central de la revista la dos últimas semanas.

Juan Antonio Castillo era un cordobés que se había hecho bastante popular al frente de uno de los grupos más brutos e irreverentes del pop español como fueron Pabellón Psiquiátrico. Conocido como “El Patuchas”, ofreció durante algunos años unos cuanto éxitos de esos que musicalmente hablando pueden llamar la atención pero cuyas letras se sitúan en otro terreno. Tras la disolución de la banda, en el año 1996 inició su carrera en solitario adoptando el nombre artístico de Juan Antonio Canta.

Ese año, un golpe de suerte, una casualidad, iba a convertirle en uno de los personajes más populares del momento, pero de igual forma iba a suponer su sentencia de muerte. Mientras actuaba en un café de su Córdoba natal, apareció Navarro que de inmediato vio su potencial para encajar en su programa y de manera inmediata le contrató para que semana tras semana apareciera en el mismo interpretando una disparatada canción que iba a calar en el público de manera sorprendente.

Esta canción llevaba el título de “La Danza de los 40 Limones” y decía aquello de “un limón y medio limón, dos limones y medio limón …”. Él la interpretaba acompañado únicamente de una guitarra acústica con un aspecto serio y melindroso, mientras un grupo de sexys bailarinas realizaban una incalificable coreografía a su alrededor.

Estas apariciones televisivas le granjearían una fama de friki auténtico que él no ecajaba demasiado bien. Su popularidad subió como la espuma y esta situación comenzó a agobiarle. Cada vez que le reconocían por la calle, cada vez que le entrevistaban en algún programa le requerían que cantara la dichosa canción de la que llegó incluso a renegar. La situación se iría complicando cada vez más ya que él quería dedicarse a la música en plan serio y pensó que sus apariciones en televisión en un programa como ese serían definitivas para relanzar su carrera. La realidad sería muy distinta.

En las Navidades de aquel año, apenas seis meses después de su ascenso a la popularidad, sumergido en una profunda depresión ocasionada por la situación que estaba viviendo, Juan Antonio se quitaría la vida en su domicilio cordobés a los 30 años de edad. La canción que le proporcionó el éxito y la popularidad que siempre había soñado sería finalmente la que acabaría no solamente con su carrera sino con su vida.

 

DULCE VENGANZA / LOS ÁNGELES NO TIENEN SEXO

No abandonamos Andalucía y nos situamos ahora en Sevilla de donde procedía el grupo que viene a continuación. Una banda que en sus primeros tiempos intentó hacer música seria y a la antigua usanza pero que caería en la tentación del disparate y el esperpento al comprobar que el tan ansiado éxito no acababa de llegarles. Se trata de “Dulce Venganza”.

En sus primeros tiempos ambicionaron en convertirse en los Madness españoles por lo que su música esta repleta de guiños al ska, como sucede en la canción que os ofrezco a continuación. El sonido del saxo, un estribillo pegadizo y una manera de cantar en plan rotundo son las señas de identidad de esta composición.

Con un estilo muy similar al que podían ofrecer grupos como Orfeón Brutal o Inhumanos, entre otros, en el año 1989 nos dejaron este “Los Ángeles no Tienen Sexo” que nos muestra claramente las aguas en las que se movían.

Durante algún tiempo fueron constantes los cambios de discográfica buscando el éxito definitivo y muchos los estilos que fueron acoplando a su manera de moverse, pero los resultados sería infructuosos terminando su trayectoria en el año 1991.

 

LOS DEL RÍO / MACARENA

Llega el momento de hacernos eco del último disparate de “La Graminola”. Y si hay que buscar una canción que puede considerarse como la reina de esta manera de hacer música, hay que quedarse con la que logró un éxito inusitado de la manera más inesperada. Hasta el público estadounidense caería en sus garras. Vamos pues con la auténtica reina de esos sonidos que también son música.

Antonio Romero y Rafael Ruiz  formaron en el año 1962 un dúo que se movería en sus raíces flamencas y rumberas y con el que llevarían un ritmo que les permitiría alcanzar cierta popularidad. Sin embargo tendrían que esperar casi 30 años para que el éxito les sonriera de verdad y alcanzaran unos resultados que nunca habrían podido imaginarse. Estoy hablando de Los del Río.

En el año 1992 vivirían una situación que iba a cambiarles profundamente sus vidas. Mientras estaban de gira por Latinoamérica realizaron una actuación privada en el domicilio de un empresario venezolano. Durante la misma apareció una joven venezolana llamada Patricia Cubillán, profesora de baile flamenco, que realizó una pequeña exhibición frente a ellos mostrando un desparpajo y un arte que les sorprendería. De inmediato improvisarían una melodía con una letra bastante surrealista que sin saberlo iba a convertirse en su gallina de los huevos de oro.

Esta canción, con un estilo rumbero y aflamencado más que evidente, sería incluída en su álbum titulado “A Mí Me Gusta” y en un primer momento alcanzaría muy buenos resultados convirtiéndose en uno de los éxitos del verano del año 1993, aunque sin que fueran desorbitados … en un principio.

Como todos os imaginaréis la canción en cuestión no es otra que “Macarena” que se convertiría en un auténtico acontecimiento pocos meses después cuando los norteamericanos se fijaron en ella y se realizó la correspondiente remezcla para darle un aire mucho más discotequero y bailable, incluyendo incluso alguna parte en inglés. Si a ello le acompañas una curiosa coreografía en la que el público podía participar tenemos un cóctel explosivo que reportaría unos resultados económicos extratosféricos convirtiéndose en la canción de un artista español que más ha vendido en el extranjero en la historia de la música, aunque pueda resultar difícil de entender.

Este desproporcionado éxito no estaría exento de alguna polémica. Fangoria realizarían una mezcla que sería luego la utilizada para “americanizar” esta canción, aunque los responsables la usarían sin obtener el correspondiente permiso. El tema acabaría en los tribunales pero la reclamación no prosperaría. Cuando se les ha preguntado a los componentes de Los Del Río sobre la cuestión siempre han pasado de puntillas sobre el asunto, algo que resulta bastante más que sospechoso.

Aquí ponemos fin (por ahora) a esta sección que nos ha hecho pasar tantos y tantos buenos momentos. Todavía nos quedan dos semanas más para disfrutar de esas otras músicas pero en esta ocasión los villancicos o canciones navideñas serán las protagonistas y las encargadas de cerrar definitivamente el asunto. Solamente espero que durante todas estas semanas haya podido arrancaros alguna que otra sonrisa.

 

LA ÚLTIMA DE LA GRAMINOLA

Llega el momento de la contraportada que no por ser la última sección de nuestra revista es la última en cuanto a gustos musicales. Como siempre una efeméride, música española y una novedad se dan la mano para ofrecernos tres buenas canciones más.

 

EFEMÉRIDE

 

El recuerdo de esta semana está protagonizado por uno de los miembros fundadores de la banda Kiss. Se trata de Peter Criss, el gato, quien aporreando la batería nos dejó momentos espectaculares junto a sus compañeros de andanzas. Hoy cumple años y lo celebramos contando algunas cosas de su vida y, por supuesto, saboreando una de las canciones más reconocidas del grupo que le permitió convertirse en una auténtica estrella del rock.

 

Hablar de un grupo como Kiss es hablar de espectáculo en estado puro. Su contundente sonido, sus impresionantes espectáculos en vivo con guitarras echando fuego o volando sobre las cabezas de las asistentes y, sobre todo, su imagen, con las caras pintadas, sus vestimentas y sus plataformas son parte de la historia del rock. Viene su música a la efeméride de esta semana porque en el día de hoy su batería y fundador Peter Criss cumple 73 años, un mocito ya.

Criss se mostró desde el primer momento bastante activo en el mundo de la música, aunque su comportamiento dejaba algo que desear. Era el pequeño de la familia y estaba muy consentido por lo que sus travesuras eran bastante frecuentes. Podría decirse que con su comportamiento desde niño era carne de cañón pero encontraría en el mundo de la música su auténtica liberación, aunque aprendería a tocar la batería moviéndose en un terreno muy distinto al que pisaría durante su carrera ya que sería una orquesta de jazz donde aprendería todo lo que sabe.

En el año 1970, tras disfrutar de su luna de miel, puso un anuncio ofreciéndose como batería para algún grupo. En ese momento Gene Simmons y Paul Stanley estaban buscando un batería y un guitarrista y de inmediato contactaron con él. Poco tiempo después el círculo se cerraría definitivamente con la incorporación del espectacular Ace Frehley. Acababan de formarse Kiss, una de las bandas más mediáticas del planeta rock.

Criss siempre será reconocido como “Catman” dentro del grupo ya que la pintura de su cara representaba la figura de un gato y con sus tres compañeros iría logrando éxito tras éxito en las décadas de los 70 y de los 80. La canción que he elegido de su colección es un tema muy especial por varias circunstancias y posiblemente sea el éxito más representativo de su carrera a pesar de que es una de las composiciones que más se alejan de su estilo habitual.

Se trata de una canción que formaba parte de su álbum “Dynasty”, publicado en el año 1979, y que sorprendió a propios y extraños ya que su sonido era bastante cercano al de la música-disco que tanto triunfaba en aquel momento, aunque sin abandonar su esencia de siempre. Los más puristas siempre han renegado de esta canción, pero lo cierto es que todos los que asisten a sus conciertos vibran y de qué manera cada vez que la interpretan.

Estoy hablando de “I Was Made for Loving You”, una canción que a mí me encanta y que presenta la peculiaridad de que no cuenta con la labor de Criss en la batería en la grabación de la misma ya que cuando estaban encerrados en el estudio para sacarlo adelante sufriría un accidente de coche que le impediría tocar durante una temporada, siendo sustituido por el batería de sesión Anton Fing.

Para que nos hagamos una idea de la personalidad de Peter Criss os contaré que siendo muy niño realizó las labores de monaguillo pero sería expulsado de la parroquia en la que las llevaba a cabo porque empezó a desaparecer el vino que se utilizaba para las ceremonias. Nunca pudo demostrarse que erá él el responsable pero el nunca negó su implicación en los hechos.

 

LA EDAD DE ORO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA

 

Fueron uno de esos grupos minoritarios pero del que la crítica especializada hablaba maravillas. Nunca lograron unos resultados de ventas demasiado elevados pero por contra dejaron canciones de mucha calidad y un sonido inconfundible. Nos visitan en nuestra contraportada de hoy Esclarecidos para ofrecernos música de etiqueta.

 

 

Vamos ya con la música española y nos situamos para ello a finales de los 80, momento culminante de la carrera de un grupo que tenía la etiqueta de minimalista y que nos dejaría muy buenos momentos a pesar de no haber sido nunca una de esas bandas superventas o excesivamente mediáticas. Se trata de Esclarecidos.

La formación estrella, por así decirlo, de este grupo fue la integrada por Cristina Lliso, Nacho Lliso, Alfonso Pérez y Coyán Manzano y desde el primer momento demostraron que no nos encontrábamos ante un grupo a la usanza sino ante cuatro jóvenes que querían hacer música con señas de identidad moviéndose en los terrenos del pop pero siempre aderezado con sonido de jazz o bossa nova, entre otros.

La calidad es el sinónimo de su música y el sonido del jazz y la profesionalidad de todos sus componentes a la hora de tocar les convirtieron en una de las bandas preferidas por la crítica especializada y si bien alcanzaron bastante popularidad durante gran parte de la década de los 80, nunca fueron de los más mediáticos de cara al público.

En el año 1989 publicaban un álbum titulado “De Espaldas a Ti” en el que se incluía la canción que quiero compartir con todos vosotros en el día de hoy. Se trata de “Tucán”, posiblemente su canción más conocida y que supuso un pequeño cambio en su manera de hacer música ya que fue el primero de sus trabajos que no contaría con Paco Trinidad en las labores de producción.

La importancia de este grupo dentro de la música española es bastante más grande que la popularidad o el éxito que llegaron a alcanzar. Al tener problemas para encontrar un sello discográfico que publicara sus primeros discos decidieron unir sus fuerzas con el grupo Décima Víctima y crearon su propio sello bajo el nombre de “Grabaciones Accidentales (GASA)”. Este sello fue imprescindible para que grupos como Duncan Dhu, Los Burros (antecedente de lo que luego sería El Último de la Fila) y Os Resentidos, entre otros, pudieran darse a conocer al público y triunfar posteriormente ya abrazados a las multinacionales discográficas.

 

NOVEDAD

 

Uno de los grupos que en los últimos años más ha sorprendido por su frescura y más ha evolucionado en cuanto a estilo está de vuelta y nos ofrece su nuevo álbum. Se trata de Mumford & Sons, que si bien se van alejando de esa originalidad que mostraron en sus dos primeros trabajos siguen ofreciendo música de calidad y de fácil escucha. Hoy se encargan de cerrar «La Graminola».

 

El disco recomendado de esta semana nos llega desde Gran Bretaña de donde procede una de las bandas que más sorprendió en sus principios al público y que más ha evolucionado en cuanto a estilo desde entonces. Estoy hablando de Mumford & Sons quienes cada vez se alejan más del sonido folk y bluegrass que tanto nos emocionó con sus dos primeros trabajos.

Acaban de publicar su cuartó álbum bajo el título de “Delta” con el que no hacen otra cosa más que confirmar los cambios que ya introdujeron en su anterior trabajo. El pop va ganando terreno en su manera de componer y cada vez se arrojan más a los brazos de la música más comercial.

Aún así nos muestran una colección de canciones bastante recomendables y a buen seguro que en la correspondiente gira promocional volverán a poner al público en órbita ya que si por algo se caracterizan es por saber manejarse sobre un escenario ofreciendo espectáculos de gran intensidad a la par que sencillos.

La canción publicada como sencillo de presentación de este nuevo trabajo lleva el título de “Guiding Light” y muestra bien a las claras los cambios que están manifestando con el paso del tiempo, con un Marcus Mumford que mantiene esa manera tan suya de saber manejar la situación. Posiblemente sea solamente una percepción mía pero cada día que pasa su música me suena cada vez más a Coldplay. ¿Cómo lo véis vosotros?

Esto es todo por hoy. Ya sabéis que en siete días tenéis una cita irrenunciable con la música de “La Graminola”.

Hasta entonces, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ

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